Mousse de mango con espejo de ositos




El niño Hans Riegel quedó tan impresionado con la actuación del oso bailarín que ya nunca dejaría de ir al circo cada vez que éste visitaba la ciudad de Bonn. Y lo que en un principio era una fascinación infantil, con el paso de los años se convirtió en una admiración tan grande que acabaría por determinar su futuro.

Su talante emprendedor no paró hasta idear en la cocina de su casa unos ositos de goma derechos, como los osos del circo que bailaban al ritmo de la música ante espectadores boquiabiertos, y que su mujer Gertrud vendía por las casas montada en una vieja bicicleta.

Años difíciles, de guerras y dificultades económicas, pero pronto la bicicleta y la cocina de casa quedaron pequeñas y el negocio fue haciéndose grande a la vez que los ositos llegaban a todas partes. Años más tarde, acabaría haciéndose conocido el eslogan Haribo macht Kinder Froh (1).




Con motivo del 90º aniversario de los Ositos de Haribo (acrónimo del nombre y apellido de Hans Riegel y de la ciudad de Bonn, de donde es originario), fui invitada por el gabinete de comunicación Inforpress al Taller de postres de Ositos de Oro con Ada Parellada. Llevada por la curiosidad de ver qué se podía hacer con estos caramelos de goma, no dudé un minuto en confirmar mi asistencia, aunque es conocida mi reticencia a utilizar cualquier producto que contenga colorantes.

De aquella tarde que pasé en el Espai Boisà  guardo muy buenos recuerdos. La alegría contagiosa de Ada Parellada, así como la fantasía que otorga a todas sus preparaciones, el encuentro con otros bloggers amigos y el descubrimiento de que el color de estas golosinas se debe a una combinación de extractos y concentrados de frutas y plantas, enseguida desvanecieron mis dudas sobre el taller.

Con Ana, La cocinera de Bétulo, y Teresa, de Com a casa, res! (a quien me hizo mucha ilusión conocer), hicimos un buen equipo, y aplicamos toda nuestra maestría en todas las recetas que preparamos. ¡Era divertido vernos jugar como niñas con las manos en la masa, muy motivadas por la gran  merienda de celebración  que había al final!




Una de las recetas que más me gustaron por la suavidad de su sabor  y por la espectacularidad de su presentación  fue esta Mousse de mango con espejo de ositos.

Si estáis ansiosos de saber cómo se hace, ahora mismo os paso mi versión de la receta de Ada Parellada.

Empezamos preparando la base de biscuit: encendemos el horno y lo ponemos a 180º. Primero montamos con la batidora las claras a punto de nieve con una pizca de sal, y en otro bol batimos las yemas y el azúcar hasta que blanqueen. Incorporamos poco a poco la harina, pasada previamente por el tamiz, y finalmente añadimos las claras, que mezclaremos con mucha suavidad con una espátula.

Esparcimos esta masa sobre un papel de horno, la alisamos con una espátula y la horneamos durante 9 minutos. La sacamos del horno, despegamos el papel de la base y la dejamos enfriar.

Mientras, preparamos la mousse: ponemos las hojas de gelatina en remojo con agua fría. Pelamos el mango y lo trituramos bien fino. Montamos la nata y, cuando empiece a tener consistencia, le añadimos el azúcar. Batimos un poco más e incorporamos el puré de mango. Escurrimos las hojas de gelatina, las ponemos en un cazo con una cucharada de nata y los deshacemos a fuego muy suave. Esperamos unos momentos que ya no esté caliente y la vertemos a la mezcla de nata y mango, batiendo con suavidad.

Calentamos el moscatel con el azúcar y lo dejamos reducir un poco. Ponemos el aro de un molde de 22 cm encima del bizcocho y cortamos la base del pastel. La pintamos con la reducción de moscatel. Ponemos una lámina de acetato todo alrededor del aro (por la parte interior), y la untamos con un poco de aceite para que los ositos no se caigan.




Colocamos los ositos derechos, uno al lado del otro, de cara al aro hasta completar una circunferencia entera, y acabamos echando la mousse de mango. Ponemos el pastel en la nevera para que se solidifique la mousse.

Cortamos los ositos en trozos pequeños y los esparcimos por toda la superficie formando un espejo de colores. Como habéis visto, ¡queda espectacular!


Ingredientes (para un molde de 22 cm de diámetro):

Para la base de biscuit saboyano:
2 claras de huevo de agricultura ecológica
1 pizca de sal marina
2 yemas de huevo de agricultura ecológica
50 g azúcar con aroma de vainilla (*)
50 g harina

Para la mousse de mango:
250 g puré de mango
5 hojas de gelatina
250 g nata (35% m.g.)
50 g azúcar
30 ml moscatel
1 cucharadita azúcar

200 g Ositos de oro Haribo para decorar

(*) Para tener siempre a mano azúcar con aroma de vainilla, sólo hay que poner dentro del bote de azúcar una vaina de vainilla ya usada, y mantenerlo bien cerrado.




¿No os parece sorprendente esta Mousse de mango con espejo de ositos? Mientras la degustábamos, nos vino a la mente la imagen de uno de los osos más famosos de la literatura juvenil, Baloo. Por eso hoy os recomiendo una relectura de El libro de la selva, de Rudyard Kipling. Anaya, Madrid, 2011.



(1) La traducción literal Haribo hace a los niños felices, tiene la versión más comercial Haribo, dulces sabores para pequeños y mayores.





Mil hojas de bacalao




Mientras las aguas del Ártico te llevaban en lenta placidez hacia Islandia, tu miraba asustada vislumbraba nuevas costas y quién sabe si peligros inesperados.

Nunca sabremos si dejaste tu casa en busca de nuevos horizontes, movido por el impulso que gobierna el alma de los jóvenes y dejando atrás el calor familiar, o si el azar es el culpable de que te encontraras en el lugar equivocado.

¡Quién sabe si todo era un sueño, y en cualquier momento abrirás los ojos y reencontrarás una cara amiga  o aquel paisaje que tantas veces habías recorrido buscando alimento!

Pero la aventura llega a su fin cuando de repente gente enloquecida empieza a gritar sin freno. Más tarde se oye un disparo y, mientras unos hombres armados reciben  aplausos al unísono, tú yaces en el suelo con un río de sangre sobre tu cuerpo.

Y no entenderás nunca qué ha pasado, porque tú sólo eres un oso blanco perdido encima de un iceberg que la corriente había alejado trescientos kilómetros de tu casa ...




De Islandia no sólo nos llegan historias tristes, sino uno de los alimentos que ha permitido durante siglos a la humanidad disponer de reservas proteínicas: el bacalao.

Para hacer este Mil hojas de bacalao he utilizado bacalao desmigado ROYAL, marca que pertenece a Copesco-Sefrisa, empresa que lleva más de 150 años dedicada a la importación de auténtico bacalao (Gadus Morhua), seleccionando siempre los mejores ejemplares pescados con anzuelo en las aguas más frías del Atlántico.

Y pensando justamente en la gente que no siempre dispone de tiempo para desalar el bacalao, ROYAL ofrece un surtido de lomos, cortes y rasgados ya desalados. Son de una calidad excelente, y os aseguro que mejorarán el gusto de vuestros platos.




Empezaremos cociendo al vapor las patatas, enteras y con piel, durante media hora o hasta que estén cocidas. Las dejamos enfriar, las pelamos y hacemos 3 rodajas de cada patata.

Con el cuchillo marcamos una cruz en la base de los tomates y los cocemos también al vapor durante 3 minutos. A continuación, los pelamos y cortamos cada tomate en 3 rodajas.

Finalmente cocemos al vapor las judías durante 5 minutos y las dejamos enfriar.

En un bol ponemos aceite, sal y hierbas provenzales a nuestro gusto.

Montamos el milhojas poniendo una base de patata, encima una capa de judías y encima de éstas una rodaja de tomate, pintando cada capa con la mezcla de aceite.

Encima del tomate ponemos una montaña de bacalao desmigado, y lo regamos con la olivada. Podemos terminar la decoración con unas hojas de perejil rizado.

Con estas cantidades salen 12 mil hojas.

Ingredientes (para 4 personas):

250 g bacalao desmigado ROYAL (desalado y sin espinas)
4 patatas
4 tomates rojos del mismo tamaño que las patatas
un puñado de judías verdes
4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
sal marina
hierbas provenzales
olivada
perejil rizado




Y después de disfrutar de este Mil hojas de bacalao, os recomiendo la lectura de la gran epopeya de otro país nórdico, Finlandia. Elias Lönnrot, El Kalevala. Alianza Editorial. Madrid 2010.