Pan campesino de Carmela Ríos




Cuando Carmela Ríos se casó con el hijo del molinero desobedeciendo la voluntad de sus padres, ya sabía lo que se hacía. No era un capricho, ni una pataleta. Era amor. 

Siempre se aburría en la tienda de sus padres porque no le encontraba ninguna gracia al hecho de estar detrás del mostrador vendiendo víveres a la gente. Por eso, aprovechaba cualquier  distracción de su madre para escurrirse entre la clientela y salir corriendo hacia el río. 

Las tierras del pueblo eran arcillosas y especialmente finas en la orilla del río. Allí trabajaba el barro y hacía verdaderas esculturas que no se atrevía llevar a casa porque ya había suficiente gritos cuando la veían llegar con las uñas marrones y el vestido lleno de manchas imposible de hacer desaparecer. 

El hijo del molinero compartía su secreto, y poco a poco esa amistad derivó en algo más. Un día la invitó al molino e hicieron con harina lo que hasta entonces sólo habían hecho con barro. 

La suavidad y calidez de la masa entre sus dedos le descubrieron su verdadera pasión, y Carmela decidió entonces que se casaría con aquel chico y se convertiría panadera. Haría los panes más sabrosos de la comarca y vendría gente de todas partes a comprar los panes con las formas más divertidas que nunca nadie hubiera imaginado .




Encontré escondido entre las hojas de un libro antiguo un trozo de papel donde alguien había anotado la receta de Carmela Ríos, y al momento quedé prendada. Es un pan tan bueno que merece tener el nombre de su creadora. 

Si os ha gustado el aspecto del Pan campesino de Carmela Ríos y deseáis probar su sabor, os aconsejo que os animéis a prepararlo  siguiendo las indicaciones que os daré.

Primero haremos la masa madre, mezclando la harina, el agua y la levadura. La tapamos y la dejamos reposar un mínimo de 24 horas en la nevera, removiendo la masa un par de veces. 

Mezclamos la sal y las harinas. Enharinamos el mármol y hacemos un volcán con las harinas. Dentro ponemos el agua, 300 g de la masa madre * (que habremos sacado una hora antes de la nevera) y la levadura desmenuzada. Lo amasamos hasta conseguir una bola que no se nos pegue en las manos . 

La ponemos en un bol, y la dejamos reposar unas dos horas. Cuando habrá doblado su volumen, la amasamos un minuto más. Estiramos la masa con las manos, la enrollamos y la ponemos dentro del molde. Tapamos y dejamos reposar hasta que haya doblado otra vez su volumen. 

Encendemos el horno y lo ponemos a 250º. Cuando esté bien caliente, ponemos dentro un cazo con agua. Espolvoreamos la superficie del pan con harina y lo ponemos en el horno. Bajamos la temperatura a 220º y lo dejamos cocer 30 minutos. Lo sacamos del horno, lo desmoldamos y lo volvemos a poner en el horno 10 minutos más para que quede crujiente .




Ingredientes: 

Masa madre:
270 g harina de fuerza
270 g agua
10 g levadura fresca de panadero

Masa:
300 g de la masa madre
250 g harina de fuerza
250 g harina integral de espelta
290 g agua
15 g sal
10 g levadura fresca de panadero


Nota (*): El resto de masa madre lo guardamos en la nevera para la próxima vez que hagamos pan, aunque la tendremos que ir alimentando de vez en cuando, sacando la mitad y añadiendo la misma cantidad, mitad agua, mitad harina.


World Bread Day 2013 - 8th edition! Bake loaf of bread on October 16 and blog about it!


Hoy es el Día Mundial del pan y con este Pan campesino de Carmela Ríos participo en la iniciativa de Kochtopf. Hoy, más nunca, debemos reivindicar la importancia de este alimento, y luchar para que no falte en ninguna mesa. 

Soy panarra de tipo y me encanta el pan, pero también me gustan las buenas lecturas. Hoy os recomiendo Emili Teixidor, Pan negro. Seix Barral. Barcelona, ​​2010. 

Nadie debería pasar hambre, y me estremezco sólo de pensar que cualquiera de nosotros, de un día para otro, podemos encontrarnos en esta desgraciada situación.