Banda de crema y frutas




Permitidme que hoy os hable de mí y responda a las preguntas que nunca me hicieron para que, tanto si sois habituales de mi cocina como si pasáis por casualidad, podáis conocer mejor las interioridades de este blog.

En Elmondelacuina se habla de recetas de cocina, pero también encontraréis fotografías, literatura, y mucha imaginación. Hay ilusión por hacer las cosas bien hechas y para contentar las personas que quiero.

Encontraréis un gran despliegue de paciencia, y de nervios también, sobre todo cuando las cosas no salen como yo quisiera. Hay un gran deseo de ayudar y ser útil, y muchas ganas de aprender ya que éste es un blog humilde consciente de sus limitaciones.

Y lo que empezó por imposición familiar, después de mucho insistir, para que publicara las comidas que cocinaba en casa, se ha convertido hoy en un archivo donde puedo tener ordenadas todas las recetas que antes guardaba esparcidas por todas partes y que, a menudo, me resultaban difíciles de localizar.





Pero Elmondelacuina es mucho más que todo eso, pues sin vuestras visitas y vuestros comentarios, sería un cuerpo sin alma. Gracias a esta ventana abierta de mi cocina he podido conocer personas maravillosas, que han dejado una gran huella en mí. Personas de aquí y de tierras lejanas que, con su simpatía y el calor de sus palabras, han conseguido hacerse un lugar en mi corazón.

Los que me seguís ya sabéis que me gusta escribir, y por eso no os extraña que haya encabezado cada una de las entradas del blog con una pequeña introducción literaria, a menudo producto de mi imaginación, pero muchas veces inspirada en la mitología griega o en la cultura europea en general.

Suelo, también, terminar mis recetas con la recomendación de una lectura, relacionada ya con el texto introductorio, ya con el plato. Estos libros forman parte de mi biblioteca y, aunque no me los he leído todos, sí os puedo asegurar que no pienso dejar este mundo sin haberlo hecho.




La publicación de las recetas me ocupa mucho tiempo, no sé si debido a la limitación de mi capacidad o a mi afán perfeccionista. Pensaba que con la experiencia mejoraría mi práctica, pero no ha sido así. Y es éste el motivo por el que no publico más asiduamente.

En la elaboración de mis platos utilizo productos naturales, lo más cercanos de casa y, en la medida de lo posible, ecológicos. Soy poco partidaria de los colorantes, los conservantes, los potenciadores del sabor o de cualquier otro aditivo. Es por ello, y debido también a la edad  (¿por qué negar la evidencia?), que he tenido que comprarme unas gafas para poder leer las etiquetas, escritas cada vez con letra más pequeña.

Y para acabar esta entrevista que no me han hecho, sólo me cabe añadir que todos los platos presentes en el blog son de herencia materna o adaptaciones mías de recetas vistas en libros o revistas. Si son bastante fieles al original, considero imprescindible citar la procedencia, pero si alguna vez veis que no lo hago, perdonadme, porque no es por intención malévola sino por ignorarlo.

Todo esto, y mucho más, me hubiera gustado explicar en el programa de El món a RAC1 al que ayer fui invitada a participar con una receta de postre de verano. Agradezco a todos los responsables del programa la amabilidad con que me trataron, y si mi participación fue tan corta que no tuve tiempo ni de explicar esta receta fue por la magnitud de la noticia del día, que se comió minutos de otras secciones.

Mi propuesta es una Banda de crema y frutas. Bien fresquita es un manjar delicioso. Podemos poner la fruta que más nos guste y jugar con la combinación de colores para hacerla lo más atractiva posible.




Aparentemente puede parecer difícil de hacer, pero os aseguro que su elaboración está al alcance de cualquier persona. Claro que siempre podéis ir al súper y comprar la masa quebrada ya hecha. O incluso la podéis sustituir por hojaldre, pero yo os recomiendo que, aunque sea una sola vez en la vida, intentéis hacerla.

Empezamos preparando la crema pastelera, que podemos hacer el día antes y tenerla guardada en la nevera. Abrimos la vaina de vainilla de arriba abajo, rascamos las semillas con la punta del cuchillo y las ponemos dentro del cazo donde tenemos la leche. La calentamos sin que llegue a hervir y la dejamos en infusión durante ½ hora.

Batimos con la batidora eléctrica las yemas y el azúcar hasta que blanqueen. Añadimos entonces la Maizena y seguimos batiendo hasta que se haya incorporado bien. Entonces vertemos poco a poco la leche, que habremos colado previamente, agitando la mezcla con un batidor manual.

Llevamos el cazo al fuego, muy suave, y no paramos de agitar hasta que veamos que empieza a espesar. En este momento retiramos el cazo del fuego y le damos una buena batida. Volvemos a ponerlo en el fuego y agitamos hasta que salgan unas burbujas que hacen "puff".

Retiramos rápidamente el cazo del fuego y tapamos la crema con film transparente, procurando que el film toque totalmente toda la superficie de la crema. La dejamos enfriar y la guardamos en la nevera.




Para hacer la base de la banda ponemos en un bol todos los ingredientes y los trabajamos primero con un tenedor y luego con las manos. Veremos que parece serrín, pero luego se va juntando formando una bola. La envolvemos con film transparente y la dejamos en la nevera durante 1 hora como mínimo.

Pasado este tiempo la estiramos con el rodillo y hacemos un rectángulo de 35 x 20 cm (teniendo en cuenta que el molde mide 29 x 14). Lo ponemos con cuidado dentro del molde y cubrimos la base y 3 cm de los lados. Si se nos rompe, no os preocupéis! Apretando un poco con los dedos, la masa vuelve a engancharse y no quedará ninguna cicatriz visible.




Una vez cubierto el molde, con un tenedor pinchamos toda la base para que no suba durante la cocción. Y lo ponemos en la nevera unos 15 minutos, para que la masa no esté tan blanda.




Encendemos el horno a 190º. Cubrimos la masa con papel de horno y la llenamos con garbanzos, o piedrecitas, para que hagan peso. Lo horneamos durante 15 minutos.

Sacamos el molde del horno, retiramos los garbanzos y el papel, y lo dejamos 5 minutos más en el horno. Pintamos toda la superficie interior de la masa con clara de huevo batida, para impermeabilizarla, y la volvemos a poner en el horno durante 5 minutos, o hasta que quede ligeramente dorada.

Mientras se va enfriando, lavamos y pelamos todas las frutas y vamos pensando en cómo las combinaremos.




Llenamos el interior de la banda con la crema pastelera, y decoramos toda la superficie con la fruta preparada. Para darle un acabado más brillante, deshacemos en el fuego 1 cucharada de gelatina de manzana con 4 de agua. Y una vez templada, pintamos todas las frutas con un pincel.





Ingredientes:

Para la masa quebrada azucarada:

175 g harina
1 pizca de sal
40 g almendra cruda molida
75 g mantequilla cortada en trozos
75 g azúcar glas
3 yemas de tamaño medio
Ralladura de ½ limón

Para la crema pastelera:
½ l de leche
½ vaina de vainilla
4 yemas
125 g azúcar
50 g Maizena

1 clara de huevo para pintar

Para la decoración:
Fruta variada: kiwi, melón, melocotón, fresas, moras, frambuesas, grosellas y una carambola.
1 cucharada de gelatina de manzana
4 cucharadas de agua.




En lugar de una banda de crema y frutas, podéis hacer una tarta o, si lo preferís, unas tartaletas de tamaño individual. Esta es la opción que elegí para llevar al programa de la radio.

Agradezco a Txaber Allué, y a todos los que lo habéis hecho posible, haberme dado la oportunidad de participar en su espacio Cuinetes con Txaber Allué. Ayer fue un gran día para  Elmondelacuina!