Galletas con corazón



Uno, dos, tres, cuatro ... Andrés sabía muy bien qué era contar hasta diez, porque lo tuvo que aprender mucho antes que los demás niños de su edad. Y es que, poco tiempo después de nacer, los médicos le detectaron una rara enfermedad cardíaca con la que tendría que convivir toda la vida.

Por supuesto, para sus padres fue un golpe muy duro pero se propusieron no aislarlo del mundo y esforzarse para que llevara una vida lo más normal posible. Sin embargo ... ¿cómo ser un niño y tener prohibido corretear en el parque o jugar en el patio de la escuela? ¿Qué criatura no se ilusiona con un juguete nuevo, se maravilla al pisar una playa o se emociona con un abrazo amoroso?

El más pequeño síntoma de alteración en el ritmo del corazón lo exponía a una crisis cardiaca que más de una vez había provocado su ingreso en el hospital. Para evitar que el corazón sufriera las consecuencias, tuvo que acostumbrarse a relajarse antes de cualquier emoción.

Cerrar los ojos y contar hasta diez había funcionado muy bien durante muchos años, pero ahora ya tenía dieciséis y no era suficiente. Se había enamorado, y se moría de ganas de llenar su amada de besos y de pasear juntos cogidos de la mano. Pero, ¿cómo decirle que en su vida no había lugar para la improvisación? Como pedirle que aceptara una vida llena de momentos de silencio? 




Hoy se celebra La Marató de TV3, dedicada este año a las enfermedades del corazón. Este proyecto solidario no sólo está enfocado a obtener recursos económicos para la investigación científica de ciertas enfermedades sino también a sensibilizar a la población respecto a estas enfermedades y a la necesidad de potenciar la investigación científica para prevenirlas y curarlas.

Este año el corazón de La Marató latirá con más fuerza que nunca, gracias a la colaboración de más de 2000 actividades previstas en todo el territorio para ayudar a recaudar fondos para financiar proyectos de investigación científica.

Desde mi cocina me gustaría colaborar con estas Galletas con corazón. Si os han gustado y deseáis hacerlas, basta con seguir estas indicaciones:

Para la mermelada:
- En un cazo ponemos las fresas cortadas en trozos y el azúcar. Tapamos con film y dejamos toda la noche en la nevera.

- Ponemos el cazo al fuego y dejamos cocer la mermelada 15 minutos. Si hay un poco de espuma, la retiramos. Dejamos enfriar la mermelada antes de envasarla.




Para las galletas:
- Mezclamos la harina con la levadura y las tamizamos. Cortamos la mantequilla en trozos pequeños y los mezclamos con la harina, haciendo migajas. Añadimos el azúcar y el huevo batido y lo vamos trabajando hasta tener una bola. La reservamos 15 minutos en la nevera para que no esté tan blanda.

- Encendemos el horno a 170º. Ponemos papel de horno sobre una fuente. Con el rodillo estiramos la bola de masa puesta entre dos films transparentes hasta tener un grosor de 3 mm. Cortamos círculos con un molde de galletas. Con otro molde en forma de corazón, dibujamos un corazón en el centro de la mitad del círculos hechos y los vaciamos.

- Ponemos todos los círculos en la plata y los horneamos durante 15 minutos o hasta que hayan tomado un color dorado. Una vez cocidos, los dejamos enfriar en una rejilla. Luego, ponemos una cucharadita de mermelada en el centro de los círculos lisos y encima de los agujereados espolvoreamos azúcar glas con un colador.

- Ponemos los círculos azucarados encima de los que tienen mermelada, presionamos un poco y ya tenemos las galletas hechas, listas para ser devoradas.




Ingredientes: 

Para la mermelada:
  • 200 g fresas de agricultura ecológica
  • 100 g azúcar integral de caña 
Para las galletas:
  • 225 g harina 
  • 100 g mantequilla 
  • 1 cucharadita de levadura
  • 75 g azúcar glas
  • 1 huevo de agricultura ecológica
  • 1 cucharada de azúcar glas per decorar


Hoy es un buen día para mostrar nuestra solidaridad.  #JoEstimoLaMarató. Y es que,  haciendo que el corazón de La Marató lata más que nunca, estaremos colaborando a mejorar la salud de todos aquellos que padecen enfermedades coronarias.

Para una buena causa, no hay nada como unas buenas galletas. Y para acompañar estas Galletas con corazón, hoy os recomiendo Susanna Tamaro, Donde  el corazón te lleve. Seix Barral. Barcelona, 2005.

Arroz con setas



Podía haberse quedado en el pueblo, y crecer libre siendo útil con los conocimientos de las hierbas medicinales que había aprendido de mujeres sabias. Podía haber ayudado a mejorar la salud de sus vecinos y de la gente de su país, pero creyó que nunca llegarían a valorarla como merecía.

Emigró, dejando atrás familia y amigos, casa y tranquilidad. Llegó, como tanta y tanta gente que buscaba un futuro mejor, a una ciudad grande, moderna y llena de intrigas, con la maleta vacía y el corazón lleno de ambiciones.

Consiguió la fama, pero trabajando como esclava y no dudando en aplicar la sabiduría popular para satisfacer los deseos criminales de la gente más perversa que no daba ningún valor a la vida ajena.

Envenenaba gente por encargo y tan grande era su destreza que las muertes parecían naturales. Pócimas, hierbas, ponzoñas, setas venenosas ... cualquier cosa servía para contentar gente que quería cobrar herencias o escalar en el mundo de la política.

Pero llegó el día en que la justicia cumplió el papel que le es debido y la despiadada Locusta pagó con su propia vida todo el mal que había hecho.




Para hacer este receta he utilizado unos boletus y unos rebozuelos de confianza que, aparte de gusto, dan un aspecto impresionante en el plato.

Si os ha gustado este Arroz con setas y os gustaría hacerlo, solo tenéis que seguir estas indicaciones:

- Limpiamos las setas y laminamos los boletus. Cortamos el pimiento en trozos, las judías por la mitad y las alcachofas a cuartos. Pelamos los ajos. Sacamos la piel y las semillas a los tomates y los trituramos.

- Ponemos un poco de aceite en la sartén, salteamos las setas y las reservamos. En el mismo aceite salteamos las verduras y también las reservamos. Añadimos el tomate triturado y lo cocemos hasta que se haya evaporado totalmente todo el agua. Ponemos el arroz, removemos y dejamos cocer un par de minutos.

- Vertemos el caldo caliente, tapamos y dejamos cocer 10 minutos. Añadimos las verduras, las setas y la sal, y cocemos 8 minutos más o hasta que se haya bebido todo el caldo. Apagamos el fuego y dejamos reposar el arroz 3 minutos más antes de servirlo.






Ingredientes (para 4 personas):

  • 300 g arroz del Delta de l'Ebre DOP
  • 500 g boletus
  • 150 g rebozuelos
  • 800 ml caldo de pollo
  • 2 alcachofas
  • 1 pimiento rojo
  • un puñado de judías verdes
  • 6 tomates pera
  • 6 dientes de ajo
  • aceite de oliva virgen extra
  • sal marina





Hoy finaliza el Gran Recapte que cada año por estas fechas organiza el Banc dels Aliments, y que tiene como finalidad hacer llegar ayuda alimentaria a todas aquellas personas que la necesiten y que, desgraciadamente cada vez son más. Desde aquí os animamos a participar con la donación de alimentos.



Tarta de crema y fresas


Manresa, a 10 de noviembre de 2014

Señor Director General,
me voy.

Ya sé que le sorprenderá esta decisión mía, y más cuando apenas hace una semana de la Celebración del X aniversario de la empresa, pero hace tiempo que siento que no se valora como merecería mi plena dedicación al desarrollo de Roca Enterprise, y no hablo sólo desde el punto de vista económico.

Cuando, hace unos días, me pidió que preparara una charla para explicar la evolución de la empresa en el Acto Inaugural, me dediqué en cuerpo y alma a ello, restando tiempo a mi familia y sabiendo que no sería compensado pecuniariamente, pero me hacía ilusión hacer un repaso al progreso que ha sufrido el departamento que dirijo desde el día de su creación.

Ve más rápido me dijo disimuladamente con un gesto durante mi exposición. Usted, como Director General, pudo extenderse tanto como quiso, así como el señor Concejal de Promoción Económica del Ayuntamiento tuvo libertad para expresar todo lo que necesita un político para su lucimiento. A mí, en cambio, que no hacía otra cosa que valorar la empresa, se me menospreció.

Ve más rápido me volvió a insistir. Y yo, por segunda vez, hice oídos sordos. Mis quince minutos de gloria no me quitaba nadie, y menos si tenía que hablar de un departamento de la empresa que yo había creado y había ido haciendo grande hasta convertirlo en un modelo digno de admiración en todo el sector.

¿Tenía yo la culpa de que el Acto Inaugural hubiera empezado con retraso y que usted, al llegar mi turno, estuviera más pendiente de los canapés y de la copa de cava que vendrían a continuación que de mis palabras?

Señor Director General, me voy. Me voy porque en toda la semana no he sentido ninguna palabra de reconocimiento ni ningún gesto de gratitud. Me voy, también, consciente de la incertidumbre del mercado laboral, pero me voy con la esperanza de que, adonde quiera que vaya, seré valorado como merezco.

Vicente Merlos




Si os ha gustado esta Tarta de crema y fresas, y os gustaría prepararla, sólo tenéis que seguir estas indicaciones:

Para la lámina de bizcocho:
- Encendemos el horno y lo ponemos a 180º. Con la batidora eléctrica montamos las claras a punto de nieve con una pizca de sal. Añadimos el azúcar y seguimos batiendo hasta que estén firmes. Finalmente incorporamos con cuidado las yemas amb una espátula o batedor de mano y, a continuación, la harina, pasada previamente por el cedazo.

- Extendemos la masa en una bandeja cubierta con  papel vegetal, y la horneamos durante10 minutos.

Para la crema: 
- Calentamos la leche con la piel de limón. En un cazo batimos las yemas con el azúcar hasta que blanqueen. Añadimos la harina de maíz, y mezclamos bien. Vertemos la leche colada, removiendo bien para que no haya grumos.

- Ponemos el cazo a fuego muy suave y no paramos de remover hasta que hierva. Lo apartamos del fuego y cubrimos la crema con film.

Para la gelatina de fresas: 
- Ponemos en un cazo la mermelada, el agua y el agaragar, i los cocemos durante 5 minutos a fuego suave.

Para montar la tarta: 
 - Cortamos un círculo de bizcocho de 15 cm de diámetro, y lo ponemos en la base de un molde desmoldable. Encima esparcimos la crema y, encima de esta, vertemos la gelatina de fresas,  previamente colada. Guardamos la tarta en la nevera.

 - Fundimos el chocolate al baño María. Llenamos unos moldes en forma de flor con el chocolate y lo dejamos enfríar.

- Desmoldamos la tarta y, con un poco de chocolate fundido, pegamos las flores de chocolate en el lateral del pastel. Ponemos el queso crema en una manga pastelera y dibujamos un círculo de pequeñas rosetas.




Ingredientes (para una tarta de 15 cm de diámetro):
Para la plancha de bizcocho:
  • 2 huevos*
  • 50 g azúcar integral de caña*
  • 60 g harina de repostería
Para la crema:
  • 3 yemas*
  • 80 g azúcar integral de caña*
  • 40 g harina de maíz
  • 350 ml leche de espelta*
  • piel de limón*
Para la gelatina de fresas:
  • 4 cucharadas de mermelada de fresas*
  • 1/2 vaso de agua mineral
  • 1 cucharadita de café de agaragar en polvo*
Para la decoración:
  • 40 g chocolate negro Nestlé Postres
  • 60 g queso cremoso vegano*

(*): Todos estos ingredientes proceden de la agricultura ecológica.




Ya sabéis que El món de la cuina hace las recetas que cada semana publica Las recetas de ella y el abanico. Ahora hace precisamente tres años que ella y el abanico iniciaba esta sección para ayudar a las mujeres que se encuentran en la etapa de la menopausia a comer de manera sana y variada.

Para celebrar un cumpleaños tan especial, nada mejor que esta Tarta de crema y fresas. Y la acompañaremos de la lectura del libro de Kate Morton, El cumpleaños secreto. Editorial Suma de Letras. Madrid, 2013.

Helado de yogur y fresas



¡Mmmmmm! ¡Mataría por uno de estos! Pero no, no. No, que después me arrepentiré, lo sé ... Ya me ha pasado otras veces. Empiezas haciendo el salto a tu determinación de no pasarte, aunque sólo sea por una vez, y ya no lo puedes detener. Y llega el momento en que, a pesar de sentirte fatal, no puedes dar marcha atrás.

La tentación es fuerte, sí. Pero ... ¡no! ¡No, y no! Está decidido. Que, gramo a gramo, la cintura desaparece, y todo el cuerpo se llena de michelines, pareciendo que lleves neumáticos bajo la ropa. Y, como nada de lo que tienes en el armario te queda bien, no tienes más remedio que ir corriendo a comprar ropa nueva que disimule tus excesos.

Y es frente al espejo del probador cuando te das cuenta que nada de lo que te gusta te entra, que la ropa moderna está pensada para otros cuerpos y que ya nada volverá a ser como antes, como antes de la primera vez que dijiste por una vez no pasará nada. Pero ¿cuántas veces has repetido estas mismas palabras?




Para quien quiera comer helados durante todo el año sin pensar en las calorías, este Helado de yogur y fresas es ideal, porque no lleva ni leche, ni nata, ni azúcar. Esta receta forma parte del menú que preparé para el II Fòrum Dona i Menopausa que organizó ella y el abanico en Barcelona los días 16, 17 y 18 de octubre.

Si os ha gustado este Helado de yogur y fresas y os gustaría hacerlo, sólo tenéis que seguir estas indicaciones: 

- Empezamos mezclando el sirope con el yogur. La cantidad de sirope dependerá del grado de dulzura que queráis  darle. Llenamos unos moldes para cubitos y los ponemos en el congelador. 

- En el momento de hacer el helado, ponemos en marcha la máquina y vamos introduciendo -alternándolos- un puñado de cubitos de yogur y un puñado de fresas. Si no disponéis de una máquina como esta, trituramos primero las fresas y ponemos todos los ingredientes dentro de una heladera convencional. 

- Removemos y servimos en copas. Para una presentación más bonita, añadimos unas fresas y unas hojas de menta o, si tenéis, de fresa. 





Ingredientes:
  • 400 g yogur de soja natural bio
  • 200 g fresas congeladas de agricultura ecológica
  • 40 g sirope de quinoa
       Para decorar:
  • fresas
  • hojas de fresas o de menta

Podéis vernos preparando el Helado de yogurt y fresas en este video:


Calamares con uvas



Quizá toda la culpa era suya, por no saber cautivar cada noche el corazón de su amado. O quizás aquella crueldad inexorable del paso del tiempo que hace que una mujer pierda frescura y atractivo a los ojos de su amante.

Quién sabe si la llegada de unas jóvenes hermosas al harén fue el motivo por el cual el rey Djemchid prefiriera probar nuevos besos y nuevas golosinas, arrinconando aquellos labios que hasta hacía poco habían sido sus favoritos.

La pobre mujer se abandonó al llanto y la desesperanza, pasando las horas olvidándose de vivir y desatendiendo cualquier bocado. Su turbación era tan grande que sólo veía en la muerte la salida a esos males, y por esta razón decidió ir a la cocina donde había visto escondida en un rincón una gran jarra con la etiqueta de veneno.

Se bebió un vaso, y luego otro. Y, habiéndose imaginado que moriría tras sufrir grandes dolores, cuál no fue su sorpresa al ver que aquel brebaje le animaba y la hacía sentirse mejor. Era feliz  y bailaba, bailaba desinhibida por toda la estancia ante los ojos de todos. Y cantaba de alegría al sentirse viva y contenta de ser como era.

Y he aquí que apareció el monarca, movido por la curiosidad que causaba aquel alboroto. Sus ojos no podían apartarse del encanto que rezumaba el baile de la mujer a la que había rechazado con poca delicadeza. Sucumbió a la sensualidad de sus movimientos y de su voz y habiendo percibido que la belleza no es un don exclusivo de la juventud, se enamoró nuevamente de ella  con locura.




Desde que un pájaro hizo caer unos granos de uva en las manos del rey Djemchid y él hizo plantar las semillas, quedó maravillado con el sabor de sus frutos. Tal debilidad sentía que se hacía traer uvas de todo el país, que guardaba en vasijas de barro para tenerlas siempre al alcance.

Y, sorprendido al ver que aquella jarra, donde tiempo atrás los sirvientes habían dejado olvidados unos racimos, no contenía ninguna poción venenosa, sino una bebida que daba ánimos, decretó que parte de la uva que se recogía en los viñedos de Persia fuera destinad a la producción de esta medicina real.

A nosotros también nos gusta mucho la uva y acostumbramos a comerla como fruta al finalizar la comida, pero hoy os traigo otra manera de comérnosla. Estos Calamares con uvas son la segunda receta del menú que preparé para el II Fòrum Dona i Menopausa  que tuvo lugar los días 16, 17 y 18 de octubre. Un plato sorprendente y elegante, muy apropiado en una dieta equilibrada y saludable.




Si estos Calamares con uvas os han llamado la atención y os gustaría preparalos, sólo tenéis que seguir estas indicaciones:

- En un cazo ponemos el aceite, las hierbas aromáticas y los ajos partidos por la mitad. Lo dejamos a fuego suave durante cinco minutos. Tapamos y reservamos.

- Calentamos un vaso de agua con una cucharadita de sal y otra de azúcar. Cuando hierva, escaldamos las uvas durante 30 segundos. Las sacamos rápidamente y las enfriamos en agua con hielo. Las dejamos escurrir en papel de cocina.

- Colamos el aceite, y lo ponemos en una sartén con la tripa cortada en daditos. Ponemos la sartén a fuego suave, removiendo para que el bacalao suelte la gelatina. Añadimos el perejil picado, damos un par de vueltas y reservamos.

- Abrimos los calamares por la juntura lateral y con un cuchillo hacemos cortes paralelos en diagonal sin llegar a traspasar totalmente la piel, primero en un sentido y luego en el otro, formando unos rombos. Calentamos la plancha, salamos los calamares y los salteamos por el lado no marcado. Veremos que enseguida se enrollan formando un cilindro.

- Mientras, salteamos las uvas en una sartén con unas gotas de aceite.

- Ponemos los calamares y las uvas en el plato. Por encima echamos trocitos de tripa de bacalao con aceite, y decoramos con los canónigos y los germinados. Los regamos con un poco más de aceite..




Ingredientes (para 2 personas):
  • 6-8 calamares frescos de la costa sin piel, patas ni aletas
  • 12 granos de uva
  • 1 cucharadita de café de azúcar integral de caña
  • 1 cucharadita de café de sal marina
  • 40 g tripa de bacalao desalada cortada a dados
  • perejil fresco picado
  • 100 ml aceite de oliva virgen extra
  • 1 rama  de romero
  • 1 rama de tomillo
  • 3 dientes de ajo
  • germinados de rabanitos de agricultura ecológica
  • hojas de canónigos

Si queréis vernos preparando estos Calamares con uvas, lo podéis hacer aquí:


Crema de brócoli y wakame



Sorprendía su desbordante frenesí, bailando al ritmo de la música sin ningún tipo de rubor. Vestían modernas, con dibujos llamativos y modelos que causaban sensación. Ningún rastro de timidez en sus movimientos, ningún miedo al que dirán, ni vergüenza por lo que podían enseñar.

Ya hace tiempo que estas mujeres han decidido vivir su vida con alegría y disfrutando cada momento del día. Abren los ojos a las maravillas que se presentan y llenan su corazón con millones de chispas de ilusión.

Ya pasan de los cincuenta, tienen esa belleza que los años y la vida han modelado con pasión y, aunque cuando se miran al espejo no acaban de sentir como propias aquellas curvas, sienten que nunca habían tenido tanta fuerza para dejar huella allí donde van.

Estas mujeres reales desfilaron en el acto de inauguración del II Fòrum Dona i Menopausa organizado por ella y el abanico y que tuvo lugar el 16, 17 y 18 de octubre en Barcelona.




Como directora de Las recetas de ella y el abanico,  di una charla sobre la importancia del calcio en esta etapa de la vida de las mujeres, y preparé un menú especial para la ocasión, que os iré presentando durante las próximas semanas.

El primer plato es esta Crema de brócoli y wakame. Si os ha gustado y os gustaría hacerla, solo tenéis que seguir estos pasos:

- Hervimos la cebolla cortada en juliana y el agua durante 10 minutos. Añadimos las flores de brócoli y el alga troceada, que previamente habremos puesto en remojo 5 minutos.

- Al cabo de 10 minutos añadimos los copos de quinoa y la sal. Lo dejamos cocer 5 minutos más, y cerramos el fuego.

- Añadimos la crema de almendras, y trituramos con el minipímer. Si queremos una crema más fina, la pasaremos por el chino.
- Decoramos el plato con chips de wakame. Y también podemos poner unas almendras crudas troceadas.




Ingredientes (para 4 personas):
  • 1 brócoli de agricultura ecológica
  • 1 cebolla tierna de agricultura ecológica
  • 1 trozo de alga wakame
  • 25 g copos de quinoa bio Quinua Real
  • 200 ml crema de almendras  bio
  • 3 vasos de agua mineral
  • sal marina



Si queréis vernos preparando esta receta, aquí os dejamos el video:




A menudo se dice con connotaciones negativas que las mujeres somos complicadas, pero esto no tiene nada de malo, sino al contrario. El problema lo tiene, sin duda, quien no puede o no es capaz de entendernos.

Para acompañar esta deliciosa y sencilla Crema de brócoli y wakame hoy os recomiendo la lectura del libro de Lluís Llach, Las mujeres de la Principal. Seix Barral (Colección Biblioteca Breve). Barcelona, 2014.

Bastoncillos con pipas de girasol



Ángela tiene hambre. Hace días que tiene hambre, y la nevera está vacía. Las tripas a menudo le hacen ruido y ya no sabe qué excusa dar al pequeño Ramón cuando le pregunta qué le pasa.

Pero ... ¿cómo explicar a un niño de tres años que un monstruo feroz con las garras afiladas araña el corazón de su madre, y que no dejará de hurgar en la herida hasta conseguir que exhale el último pellizco de ilusión? ¿Cómo decirle que es una lucha dolorosa e inútil i que parece que no tenga fin?

Quizás el pequeño no llegue a saber nunca que el dinero que entra en casa sólo sirve para pagar el techo que les cobija y que el resto viene de la caridad de la familia y los amigos que, a pesar de no encontrarse en una situación mejor, no tienen un pequeño a su cargo.

Ángela se esfuerza para que los ojos de su hijo no caigan en un pozo negro y pierdan  para siempre su brillo. Se rebela contra su desdicha y esconde bajo la alfombra todas las miserias. Delante del niño, no quiere llantos, ni quejas ni lamentos.

- Toma, hijo. Mira qué bastoncillos tan ricos  ha traído tía Rosa para merendar.




La situación actual hace que mucha gente se vea privada de cosas que deberían ser consideradas básicas. Pero hay un alimento que no debería faltar nunca en ninguna casa: el pan. ¡Luchemos, pues, para que así sea!

Hoy en lugar de pan os traigo unos bastoncillos caseros. Es posible que no os parezcan demasiado atractivos pero, una vez los pruebas, ¡son tan irresistibles que es un empezar y no parar! Y, aunque pasen los días, se mantienen tan crujientes como si acabaran de salir del horno.

Si os han gustado estos Bastoncillos con pipas de girasol y desearíais hacerlos, sólo tenéis que seguir estas indicaciones:

- Ponemos dentro de la panificadora los ingredientes en el mismo orden que os digo y amasamos quince minutos. Añadimos las pipas, amasamos 2 minutos más y luego la dejamos reposar un par de horas.

- Encendemos el horno y lo ponemos a 200º. Enharinamos la superficie de trabajo y vamos cogiendo porciones de masa de unos 45 g. Las estiramos formando churros de unos 25 cm de largo, los ponemos encima de una bandeja forrada con papel vegetal y los horneamos durante 30 minutos.

- Para conseguir que se mantengan crujientes días y días, bajamos la temperatura del horno a 100º, y los dejamos 30 minutos más. Apagamos el horno y los dejamos dentro que se vayan enfriando. Una vez fríos, los guardamos dentro de una caja de metal.




Ingredientes (para 22 bastoncillos):
  • 320 g agua mineral
  • 10 g sal marina
  • 50 g aceite de oliva virgen extra
  • 550 g harina de fuerza
  • 12 g levadura fresca de panadero
  • 55 g pipas de girasol bio ecoBASICS




Hoy, 16 de octubre es el Dia Mundial del Pan y, un año más, nos adherimos con estos Bastoncillos con pipas de girasol a la propuesta de Zorra, autora del blog  Kochtopf, que por novena vez nos invita a encender el horno y a amasar.


World Bread Day 2014 (submit your loaf on October 16, 2014)

Garbanzos con verduras y atún



Pero ... ¿qué se han creído, todos estos? ¿Insinuarme que debería cambiarme el apellido sólo porque a sus ojos parece ridículo? ¡Como si el nombre hiciera la cosa! ¡Pues no, no pienso renegar de él, qué carajo! ¡Y no veo por qué me ha de perjudicar para entrar con buen pie en el mundo de la política!

Y alzo la voz para que se sepa que todos mis antepasados ​​llevaron el apellido de Cicerón con orgullo, pues es notorio que el primero que lo recibió fue un hombre notable, y nos han importado un bledo todas las burlas recibidas a lo largo de generaciones porque, al fin y al cabo, provienen de gente ignorante.

Sí, es muy posible que este antepasado hubiera tenido una ligera hendidura como el corte de un garbanzo en la punta de la nariz, y que por eso le pusieran ese mote. Pero ... ¿quién puede documentarlo? ¿Quién puede poner la mano en el fuego que el origen no es otro?

A mí ya me está bien, y no sólo no me avergüenzo, sino que haré lo posible para llevar este apellido tan lejos que incluso las estrellas sentirán envidia de su fama.




Producto milenario, base de la cultura mediterránea, el garbanzo tiene tantas propiedades que debería formar parte de nuestra dieta con más frecuencia, pero desgraciadamente todavía hay quien lo considera comida para pobres. Hoy os propongo una manera muy sana de prepararlos: Garbanzos con verduras y atún.

Si os han llamado la atención y os gustaría hacerlos, tan solo tenéis que seguir estas indicaciones:

- Ponemos los garbanzos en remojo durante toda la noche. Al día siguiente los ponemos en una olla con agua mineral (3 partes de agua por 1 de garbanzos), y los cocemos lentamente durante una hora y media o hasta que estén en su punto. Si se quedan sin agua, añadiremos un poco, siempre caliente.

- Pelamos la zanahoria y la rallamos. Cortamos las judías verdes en trozos y las cocemos al vapor durante 7-8 minutos. Dejamos escurrir el aceite del atún. Cortamos el cebollino.

- Preparamos el aliño mezclando todos los ingredientes con un batidor pequeño. Si es necesario, añadimos un poco de agua tibia.

 - Mezclamoslas verduras, los garbanzos, las pipas y el atún en un plato y lo aliñamos.




Ingredientes (para a 4 personas):

  • 500 g garbanzos cocidos bio ecoBASICS*
  • 150 g zanahoria*
  • 250 g judías verdes*
  • 200 g atún en aceite de oliva
  • 2 cucharadas pipas de girasol bio ecoBASICS*
  • >
  • 2 cucharadas cebollino picado*
Para el aliño:
  • 4 cucharadas aceite de oliva virgen extra
  • 1  cucharadita mostaza à l'Ancienne
  • 2 cucharadas salsa tamari*

(*): Productos procedentes de la agricultura ecológica.




Cicer en latín significa garbanzo, y el gran Cicerón, el político, filósofo y orador de la antigua Roma, nunca dejó que lo menospreciaran por el origen de su apodo. Era muy pícaro, y tenía un sentido tan fino de la ironía que una vez mandó grabar en una ofrenda de plata sus nombres Marco Tulio y, en lugar de Cicerón, hizo cincelar un garbanzo.

Pues en su honor, aquí tenéis estos Garbanzos con verduras y atún. Y, para acompañar un plato tan rico, hoy os recomiendo la lectura de Benjamin Black, El otro nombre de Laura. Editorial Alfaguara. Barcelona, 2008.


Tarta de crema y chocolate




Si ante la injusticia eres incapaz de reaccionar, dios que estás muerto. Algo parecido debió de pensar  Pere Nolasc cuando de repente decidió abandonar la vida tranquila que había llevado hasta entonces y dar un giro radical a su existencia.

Era mercader y ganaba dinero a chorros, pero ver que los habitantes de las orillas mediterráneas eran hechos prisioneros en actos de piratería y llevados al Norte de África para ser vendidos como esclavos le revolvía el estómago. ¿Qué esperanza de ser rescatada podía tener toda aquella gente desamparada?

No había sido nunca muy religioso pero -y aún es más de admirar la fuerza de su acto de caridad- decidió dedicar toda su fortuna a organizar expediciones para liberar cautivos. Y, cuando ya no le quedaba ni para comer, en lugar de desanimarse, encontró fuerzas para rodearse de hombres que, como él, recaudaban limosnas para el rescate de los prisioneros.

Debió ser por este gran corazón que tenía que una noche la Virgen de la Merced se le apareció y le pidió que con la ayuda de Ramón de Penyafort y el rey Jaume fundara una congregación con su nombre dedicada a redimir cautivos cristianos por todo el Mediterráneo.

Fue en el altar mayor de la Catedral de Barcelona, ​​mientras recibían la cruz y el escudo con las cuatro barras rojas, cuando él y sus compañeros mercedarios pronunciaron los votos de la orden que los acompañarían hasta el resto de  sus días.

 


Si os gusta el aspecto de esta Tarta de crema y chocolate que hice el día de la Merced, y  querríais hacerla, aquí tenéis los pasos a seguir:

Para la plancha de bizcocho:
- Encendemos el horno y lo ponemos a 180º. Con una batidora eléctrica montamos a punto de nieve las claras con el pellizco de sal. Añadimos el azúcar y seguimos batiendo. A continuación ponemos las yemas de una en una y mezclamos con mucho cuidado con un batidor de mano. Finalmente añadimos la harina y la levadura pasadas ​​previamente por el tamiz.

- Esparcimos la masa sobre una fuente forrada con papel de horno, y la horneamos durante 8-9 minutos, hasta que empiece a coger un poco de color.

Para la crema pastelera:
- Calentamos la leche con la piel de limón y, cuando rompa a hervir, la dejamos reposar 10 minutos. Aparte, en un cazo batimos las yemas con el azúcar hasta que blanqueen. Añadimos la maizena y seguimos removiendo.

- Incorporamos la leche a los huevos, y removemos bien. Ponemos el cazo a fuego muy suave, y vamos removiendo constantemente hasta que hierva. Entonces apartamos la crema del fuego y la tapamos con film transparente (mirando que el film toque toda la superficie de la crema) y la dejamos enfriar.

Para montar la tarta:
- Cogemos un molde de silicona desmontable con base de silicona y lo forramos por dentro con una lámina de acetato.

- Cortamos 3 círculos de bizcocho del tamaño del molde. Ponemos uno en la base. Encima esparcimos la mitad de la crema. Tapamos con otro círculo de bizcocho y vertemos encima el resto de la crema. Finalmente, cubrimos con el último círculo de bizcocho.

Para la cobertura de chocolate:
- Ponemos en remojo la gelatina. Mezclamos el resto de ingredientes y los ponemos a fuego suave. Vamos removiendo el chocolate hasta que hierva. Apartamos el cazo del fuego, añadimos la gelatina escurrida y vamos removiendo de vez en cuando para que se vaya enfriando.

- Cuando esté a temperatura ambiente, la dejamos caer encima de la tarta sin tocarla. Ella sola ya se irá extendiendo por toda la superficie.




Para la rejilla de chocolate:

- Fundimos el chocolate al baño María, y lo ponemos dentro de una manga pastelera. Dibujamos la rejilla sobre una tira de acetato del mismo tamaño que el perímetro del pastel, y la dejamos enfriar un poco, vigilando que no llegue a endurecerse porque se nos rompería al manipularla.

- Retiramos el molde de silicona de la tarta, y la rodeamos con la lámina de acetato con el dibujo de chocolate, y unimos los extremos con un poco de cinta adhesiva. Ponemos la tarta en la nevera.

Para el acabado:
- Retiramos la cinta adhesiva y veremos que la lámina de acetato se despega con facilidad, quedando la rejilla de chocolate pegada al pastel.

- Batimos el queso con el azúcar, lo ponemos dentro de una manga pastelera y hacemos rosetas  alrededor del pastel. Terminamos la decoración poniendo unos frambuesas encima de cada roseta.




Ingredientes (para una tarta de 15 cm de diámetro):

Para la plancha de bizcocho:

  • 4 claras de huevos de agricultura ecológica
  • 1 pizca de sal marina
  • 110 g azúcar
  • 4 yemas de huevos de agricultura ecológica
  • 110 g harina 
  • 1 cucharadita de Royal
Para la crema pastelera:
  •  1/2 l de leche
  • la piel de un limón
  • 3 yemas de huevos de agricultura ecológica
  • 120 g azúcar
  • 45 g Maizena
Para la cobertura de chocolate:
  • 30 g cacao en polvo
  • 80 g azúcar glas
  • 50 g nata 35% m.g.
  • 50 g agua
  • 3 g hojas de gelatina
Para los adornos:
  •  100 g chocolate Nestlé Postres Intenso
  • 150 g queso mascarpone
  • 1 cucharada azúcar glas
  • frambuesas




He hecho esta Tarta de crema y chocolate per celebrar el cumpleaños de mi hija Núria que, a pesar de haber nacido el dia de Nuestra Señora de la Mercé,  fue bautizada con el nombre que ya teníamos pensado para ella.

Y para acompañar esta riquísima tarta (¡La más rica que he probado nunca!- palabras textuales suyas), os recomiendo la lectura del último libro que ha leído y que es de un autor que le encanta: Khaled Hosseini, Mil soles espléndidos. Ediciones Salamandra). Madrid, 2007.

Volován de macedonia



Para luchar contra unos gigantes despiadados y liberar una serie de países de su siniestro poder, el rey egipcio Osiris viajó hasta Grecia acompañado de un gran ejército. Allí dejó a su hijo Macedón (cuyo nombre significa lobo) como soberano de la región que más adelante tomaría su nombre, Macedonia.

Y de allí se dirigió hasta la región donde ahora se alza Constantinopla, al frente de la cual puso otro hijo suyo, Anubis (que podríamos traducir por perro).

El valor que mostraban los dos jóvenes en el campo de batalla fue decisivo para ganarse el afecto de los habitantes de aquellas tierras. Ellos mismos, para protegerse en los duros combates, usaban armas defensivas con las imágenes de un lobo y de un perro, animales que guardaban una cierta analogía con la audacia de los dos guerreros.

Sobre el casco, Anubis llevaba la cabeza de un perro y Macedón vestía una coraza con la piel de un lobo, cuyas fauces le cubrían casi todo el rostro. Es esta y no otra la razón por la que los egipcios veneran estos dos dos animales.




Al parecer, fue en el siglo XVIII cuando en Francia se empezó a utilizar la palabra macedonia para referirse a un conjunto de elementos heterogéneos, estableciendo una analogía con Macedonia, el imperio donde en la época de Alejandro Magno convivían diversas razas y culturas, idiomas y tradiciones, legados religiosos y estilos artísticos.

Si os ha gustado este Volován de macedonia y os gustaría prepararlo, solo tenéis que seguir estas indicaciones:

Para hacer la crema (la podemos preparar la noche anterior y guardarla en la nevera):
 - Ponemos a calentar la leche con la piel de limón. Cuando rompa a hervir, paramos el fuego y la dejamos infusionar un cuarto de hora.

- Batimos las yemas con el azúcar hasta que blanqueen. Añadimos la Maizena y removemos bien para que no haya grumos. Colamos la leche y la incorporamos poco a poco.

- Ponemos la mezcla a fuego muy suave durante 6 ó 7 minutos, hasta que empiece a hervir. Sabremos que ya ha llegado el momento porque se forman unas burbujas que, en el momento de explotar, hacen puff.

- Apartamos el cazo del fuego y removemos la crema. La tapamos con film transparente y la dejamos enfriar..




Para hacer los volovanes:
- Encendemos el horno y lo ponemos a 180º.

- Extendemos la lámina de hojaldre y cortamos 4 cuadrados de unos 12 cm de lado. Y dentro de cada cuadrado marcamos otro de 8 cm, pero sin llegar a cortarlo del todo.

 - Pintamos la superficie con una yema diluida con un poco de agua, y luego hacemos un enrejado en el cuadrado exterior marcado ligeramente con el cuchillo.

 - Los horneamos durante 15 minutos, o hasta que hayan subido y estén dorados.




Para hacer el abrillantador:
- Ponemos en el  fuego el corazón y la piel de una manzana con el agua y el azúcar, y lo dejamos hervir durante 15 minutos, o hasta que el agua se haya reducido. Colamos el jugo y lo dejamos enfriar.

Para el acabado del plato:
- Con la punta de un cuchillo cortamos el cuadrado interior de los volovanes, y vaciamos su interior. Llenamos el agujero con la crema, y esparcimos por encima la fruta, procurando que sea variada.

- Barnizamos la fruta con el abrillantador.




Ingredientes (para 4 volovanes):
  • 1 lámina de hojaldre cuadrada
  • 1 yema de huevo de agricultura ecológica
  • fruta variada (melocotón, melón, higos, cerezas, moras, frambuesas, plátano, uva moscatel, kiwi)
  • abrillantador
 Para la crema:
  • 3 yemas de huevo de agricultura ecológica
  • 125 g azúcar
  • 45 g  Maizena
  • 1/2 litro de leche
  • la piel de un llimón de agricultura ecológica
Para el abrillantador:
  • 1 manzana de agricultura ecológica (solo la piel y el corazón)
  • 2 cucharadas de azúcar
  • 1 vaso de agua mineral



Según el historiador Diodoro de Sicilia Macedón era representado con la cabeza de un lobo por  analogía con la audacia y la fuerza de este animal.

Para acompañar este Volován de macedonia nada mejor que la lectura de El lobo estepario, de Hermann Hesse. Alianza Editorial, (Colección Biblioteca Hesse). Madrid, 2011.

Con esta receta  participo en el HEMC  de este mes, organizado per Cristina de Le Bon Vivant, que tiene como lema  Hemc-63. Los ingredientes de tu verano.


hemc #63 - los ingredients de tu verano


Tabbouleh




En tiempos antiguos había en Siria una bonita ciudad llamada Ascalón que tenía dentro de sus límites un lago profundo de aguas azules y rico en peces.

A orillas del lago se encontraba el templo de la diosa Derceto, a quien los antiguos profesaban una gran devoción y que era conocida por tener el rostro de mujer y el resto del cuerpo en forma de pez, tal como una sirena.

Cuentan los hombres más sabios del país que Venus, resentida por una ofensa de esta diosa, le había inspirado una violenta pasión por un joven sirio de extraordinaria belleza, con quien engendró una hija, y que, avergonzada de su debilidad, se deshizo del chico y abandonó la criatura en un lugar desértico y rocoso. Finalmente, consumida no sólo por la vergüenza sino también por la tristeza que le provocaba su abominable acción, acabó arrojándose al lago, pero los dioses se apiadaron de ella transformándola en pez.

Es esta y no otra la razón por la que los antiguos sirios veneraban los peces como divinidades, y se abstenían en todo momento de tomarlo en sus comidas.




El bulgur (o burghul ), una de las riquezas de Oriente, es la base de una ensalada muy refrescante que se prepara en Siria y el Líbano.

Si os ha gustado este Tabbouleh y os gustaría prepararlo, sólo tenéis qu3e seguir estas indicaciones:

- Ponemos el bulgur en remojo con agua caliente durante media hora, y luego lo dejamos escurrir dentro de un colador chino para que suelte toda el agua.

- Cortamos las cebollas y los pepinos en trocitos muy pequeños. Lavamos las hojas de lechuga y las centrifugamos.

- Escaldamos los tomates en agua caliente durante 30 segundos y los pelamos. Los cortamos a rodajas y eliminamos las semillas, y seguidamente los cortamos en trozos lo más pequeños posible.





- En un bol mezclamos el bulgur, las verduras y las hojas de perejil y menta, y en otro los ingredientes para el aliño.

- Aliñamos el tabbouleh y lo dejamos reposar durante media hora. A la hora de emplatar, rellenamos las hojas de lechuga con el  tabbouleh.




Ingredientes (para 4 personas):
  • 200 g bulgul ecoBASICS
  • 2 cebollas tiernas
  • 4 tomates maduros
  • 1 pepino
  • 2 lechugas baby
  • 4 cucharadas de hojas de perejil picadas
  • 4 cucharadas de hojas de menta picadas

       Para el aliño:
  • 8 cucharadas aceite de oliva virgen extra
  • el zumo de un limón
  • sal marina



La historia de hoy, basada en la Biblioteca del historiador griego Diodoro, nos habla de un lago de Siria rico en peces, pero el plato que os traigo es totalmente vegetariano.

Para acompañar este Tabbouleh nada mejor que la obra de Raymond Chandler, La dama del lago. Editorial Debolsillo (Colección Contemporánea). Barcelona, 2014.