Tarta semifría de trufa




Después de años ahorrando para poder hacer el viaje de sus sueños, ¡por fin había llegado el momento!

Hacía días que había guardado toda la documentación necesaria dentro del bolso, pero no se iba a dormir sin haberla revisado antes. Y, metódica como era, había confeccionado una lista con todo lo que tenía que poner en la maleta, lista que revisaba dos o tres veces al día para estar segura de no dejarse nada.

-Lo siento, pero su número de tarjeta no coincide con el que utilizó para pagar el billete de avión.

Había estado haciendo cola durante más de una hora, y se había distraído encontrando una solución a cualquier obstáculo que pudiera surgir, ¡pero nunca habría imaginado una situación como aquella!

No llevaba encima esa maldita tarjeta porque le habían aconsejado de llevarse otra más aceptada en todo el mundo, y ¡ahora estaba paralizada sin saber qué hacer a punto de perder el avión! No tenía tiempo de ir a casa a buscarla, y nadie podía traérsela porque vivía sola. Pero ... ¡quizás aún había alguna posibilidad!

Tres cuartos de hora más tarde aparecía jadeando por el vestíbulo del aeropuerto Enriqueta, con la tarjeta en la mano y buscando a Montserrat entre la muchedumbre.

-¡Me has salvado la vida, Enriqueta! ¡Eres un sol!

Cuando estaba sentada en el avión, se alegraba de haber dejado la llave de casa a su vecina para que le regara las plantas en su ausencia.





Quien tiene un buen vecino, tiene un tesoro. Y yo soy muy afortunada, porque tengo unos vecinos que son ¡auténticas joyas!

A la cena de vecinos de la calle Matas de este año había pensado llevar la Tarta de mousse de lima y frutas de verano y esta Tarta semifría de trufa, pero los dioses no me fueron muy propicios e hicieron que aquella noche la hubiera de pasar lejos de mis vecinos.

En representación de la familia asistieron mis hijas con la Tarta de mousse de lima, y nosotros nos comimos la Tarta semifría de trufa al día siguiente, una vez pude terminar la decoración.




Para hacer esta tarta, primero preparamos los bombones. Fundimos el chocolate al baño María vigilando que la temperatura no sobrepase los 40º. Lo trabajamos con el batidor de mano y lo vertemos dentro del molde elegido. Una vez lleno, lo reservamos en la nevera.

Para hacer el semifrío, ponemos al fuego la nata y el chocolate, y los agitamos hasta obtener una mezcla homogénea. Retiramos el cazo del fuego y añadimos las hojas de gelatina, previamente remojadas y escurridas.

Dejamos reposar la mezcla hasta que esté tibia. Montamos la nata con el azúcar y la mezclamos suavemente con el chocolate. Vertemos la trufa en un molde de 23 cm de diámetro y luego la ponemos en la nevera, donde deberá estar 4 o 5 horas.

Para hacer la base de la tarta, encendemos el horno y lo ponemos a 180º. Cubrimos una fuente con papel de horno, y dibujamos un círculo de unos 30 cm de diámetro.

Empezamos montando las claras a punto de nieve con una pizca de sal. Aparte trabajamos las yemas con el azúcar hasta que blanqueen. Mezclamos la harina, la levadura y el cacao, los pasamos por el cedazo y los incorporamos poco a poco a los huevos. Si vemos que nos queda una masa muy espesa y que nos cuesta trabajar, le añadimos dos cucharadas de clara. Acabamos incorporando el resto de las claras.

Vertemos la masa sobre el papel de horno y la horneamos durante 10 minutos. Una vez esté hecho el bizcocho, lo sacamos del horno y lo dejamos enfriar. Cortamos una circunferencia de 30 cm de diámetro, con un cortapizzas.

Para poder desmoldar más fácilmente el semifrío, lo ponemos 1 hora en el congelador y lo desmoldamos sobre la lámina de bizcocho, procurando que quede bien centrado. Espolvoreamos toda la superficie con cacao en polvo.




Montamos la nata con el azúcar, la ponemos dentro de una manga pastelera y hacemos unas rosetas encima del bizcocho, alrededor del semifrío. Acabamos la decoración poniendo encima los bombones de chocolate.


Ingredientes:

Para el semifrío:
1/2 l nata 35% m. g.
1/2 kg chocolate Nestlé Postres
6 hojas de gelatina
250 ml nata 35% m. g.
100 g azúcar

Para la base de bizcocho:
4 claras
1 pizca de sal
4 yemas
110 g azúcar
70 g harina
20 g cacao en polvo
1 cucharadita de levadura

Para la decoración:
chocolate Nestlé Postres
nata 35% m. g.



¡Más que a una cena de vecinos, mis hijas asistieron a todo un festín! Buena comida y una compañía excelente hicieron que el encuentro fuera, un año más, inolvidable.

Hoy os recomiendo un buen libro para leer este verano. Charles Baxter, El festín del amor. RBA Libros. Barcelona, ​​2010.


Tarta de mousse de lima y frutas de verano


Foto cedida per Margot Cosas de la vida


Cuando tenía 8 años tuvo que pasarse dos meses enteros en la cama haciendo reposo. Cualquier otra criatura lo habría encontrado aburrido, pero disfrutaba tanto con todo lo que hacía que  no echó en falta en ningún momento ni la escuela ni los juegos en la calle.

En un santiamén terminaba los deberes que el maestro le hacía llegar cada día a casa. Dividir por cuatro cifras era una diversión para ella, y más cuando todos sus compañeros de clase aún estaban haciendo multiplicaciones.

Escribía redacciones, pintaba el gouache, leía cuentos y jugaba con las muñecas. De vez en cuando echaba  una siesta y luego, mientras su madre se sentaba a su lado y aprovechaba para hacer punto, ella se entretenía recortando las modelos de las revistas del corazón y pegándolas en hojas en blanco.

Se imaginaba que era ella, la chica más guapa del mundo unas veces vestida de cóctel, otras preparada para ir a una boda. Y soñaba que de mayor saldría en las revistas, viajaría y conocería gente interesante ...

Su vida dio muchas vueltas y, cuando ya las canas empezaban a anidar en su cabeza y parecía que ya no había lugar para la fantasía, su sueño se hizo realidad. Sus diseños lograron salir en las páginas de un Magazine de moda, y su nombre se esparció por todas partes. ¡ Y qué feliz era!




Mayúscula fue también mi felicidad cuando la  e-shop de productos de colección, tendencia y moda BYsedius me pidió mi receta de Tartaletas de queso con frutas de verano para publicarla en el primer número de su Magazine !

A menudo se dice que todo lo que sale en las revistas es falso o está retocado. Yo os puedo asegurar que mis Tartaletas de queso con frutas de verano son muy reales y salen perfectas si seguís el paso a paso de la receta.

El pasado sábado fui invitada por Margot el Picnic urbano que se hacía en el nuevo Cookiteca-Veritas de Barcelona. Tanto ella como Neus son unas anfitrionas perfectas, esparciendo toda su simpatía por doquier.

Pude saludar  a Mireia Anglada, conocer un montón de bloggers, compartir complicidades con viejos amigos, probar platos originales y disfrutar del buen pan de Veritas. Los curiosos encontraréis una buena crónica y una selección de fotografías en el blog de Margot.

Para corresponder a su generosidad, me presenté con una Tarta de mousse de lima y frutas de verano, que no es más que la versión en tarta de mis tartaletas. ¿Que no os había dicho que eran muy reales?




Si queréis hacer esta tarta, debemos empezar preparando la masa quebrada. Pesamos los ingredientes y los ponemos todos juntos dentro de la picadora. Primero veremos que se forma como una especie de arenilla, pero enseguida todos los ingredientes se unen formando una masa compacta. Hacemos una bola, la envolveremos con film transparente y la ponemos en la nevera 1/2 hora.

Encendemos el horno y lo ponemos a 200º. Estiramos la masa quebrada y forramos la base y un dedo de los lados de un molde de 26 cm de diámetro. Pinchamos la base con un tenedor, la cubrimos con papel de horno y ponemos encima un buen puñado de legumbres para evitar que se hinche.

La horneamos durante 15 minutos. Después, retiramos el papel y las legumbres y la ponemos 10 minutos más en el horno, hasta que tenga un color dorado claro. La sacamos rápidamente del horno, pintamos la base con clara y la dejamos 5 minutos más en el horno.

Mientras se enfría, preparamos el relleno. Ponemos en remojo las hojas de gelatina. En un cazo, a fuego bajo, mezclamos la nata, el azúcar y la piel de las limas. Lo dejamos hervir 2 minutos, y a continuación le añadimos las hojas de gelatina, bien escurridas.

Lo dejamos templar, removiendo a menudo. Mientras, exprimimos el zumo de las limas y lo colamos. Retiramos las pieles del limón, añadimos el zumo colado y el queso, removiendo con cuidado. Si vemos que nos quedan grumos, podemos ayudarnos de la batidora eléctrica.

Ponemos una lámina de acetato todo alrededor del molde y vertemos la mousse de lima. Lo dejamos reposar toda la noche en la nevera.

Antes de llevarlo a la mesa retiramos el círculo del molde y la lámina de acetato. Con la cucharilla parisina hacemos bolas de melón y sandía, y decoramos esta Tarta de mousse de lima y frutas de verano haciendo una corona de perlas rojas y blancas.


Foto cedida per Margot Cosas de la vida


Ingredientes (para un molde de 26 cm):

Para la masa quebrada dulce:
200 g harina
100 g mantequilla
1 1/4 cucharada de agua fría
1 yema de huevo
70 g azúcar
1 pizca de sal

1 clara de huevo para pintar

Para la crema de queso:
la piel de 3 limas
500 ml de nata
110 g azúcar
7 hojas de gelatina
90 ml de zumo de lima
400 g queso Mascarpone

Para decorar:
fruta de verano (melón, sandía)





¡Ya lo creo que mi sueño se ha hecho realidad! El sábado viajé a Barcelona, conocí gente interesante y he salido en una revista. ¡Y todo gracias a una receta tan guapa como esta!

Para pasar un buen rato al aire libre, hoy os recomiendo el libro de Alexander McCall Smith, Lecciones para chicas guapas. (La Primera Agencia de Mujeres Detectives, 3). Umbriel Editores (Colección Narrativa).