Clara es bibliotecaria y siente pasión por los libros. Tiene la casa llena, y los enseña con el mismo cuidado que un joyero cuando muestra las piezas a un cliente. Cada rincón tiene su historia, cada estante descubre una etapa de su vida. Los tiene todos clasificados, bien alineados y sin polvo. Pero hay uno guarda un secreto de Clara. Y ella no sabe cuál es.
Hace muchos años, cuando comenzó a trabajar, sus compañeras eran mujeres grises, serias y de edad indefinida que emulaban el trabajo de un guardia civil, siempre prohibiendo, siempre mirando de reojo y frunciendo el ceño cuando alguien perturbaba el silencio.
Ella revolucionó la biblioteca, abriendo las ventanas para que entrara la luz del sol, y dejando que los niños manosearan los libros tanto como les apeteciera.
Como era de esperar, enseguida se creó un círculo de seguidores de Clara. Todos la adoraban, los niños la miraban embobados y sus padres alababan sus cualidades y su simpatía. A veces recibía notas anónimas en que le declaraban su amor, otras veces eran dibujos divertidos donde la pintaban rodeada de libros, de monstruos o de letras.
Un día recibió una carta que la entristeció. Era la nota de alguien que le decía que su conducta era ridícula y ella una ingenua porque no se daba cuenta de que todos la adulaban como a aquel rey al que nadie se atrevía a decir que iba desnudo. No quiso saber quién le podía haber escrito esa carta tan desagradable, pero no la rompió. La guardó dentro de un libro y la dejó en olvido.
Ahora que ya se acerca a la edad de jubilación, le gusta poner en orden los momentos de su vida. Y, cuando esta mañana le ha llegado el recuerdo repentino de aquel hecho, se ha puesto a buscar aquella carta que sólo había leído una vez, pero -por más que lo ha buscado-, no la ha encontrado. ¿Qué ha sido del libro encargado de esconder las cosas del pasado?
Hace muchos años, cuando comenzó a trabajar, sus compañeras eran mujeres grises, serias y de edad indefinida que emulaban el trabajo de un guardia civil, siempre prohibiendo, siempre mirando de reojo y frunciendo el ceño cuando alguien perturbaba el silencio.
Ella revolucionó la biblioteca, abriendo las ventanas para que entrara la luz del sol, y dejando que los niños manosearan los libros tanto como les apeteciera.
Como era de esperar, enseguida se creó un círculo de seguidores de Clara. Todos la adoraban, los niños la miraban embobados y sus padres alababan sus cualidades y su simpatía. A veces recibía notas anónimas en que le declaraban su amor, otras veces eran dibujos divertidos donde la pintaban rodeada de libros, de monstruos o de letras.
Un día recibió una carta que la entristeció. Era la nota de alguien que le decía que su conducta era ridícula y ella una ingenua porque no se daba cuenta de que todos la adulaban como a aquel rey al que nadie se atrevía a decir que iba desnudo. No quiso saber quién le podía haber escrito esa carta tan desagradable, pero no la rompió. La guardó dentro de un libro y la dejó en olvido.
Ahora que ya se acerca a la edad de jubilación, le gusta poner en orden los momentos de su vida. Y, cuando esta mañana le ha llegado el recuerdo repentino de aquel hecho, se ha puesto a buscar aquella carta que sólo había leído una vez, pero -por más que lo ha buscado-, no la ha encontrado. ¿Qué ha sido del libro encargado de esconder las cosas del pasado?
Este plato también esconde cosas, porque bajo la capa verde de las espinacas más tiernas de mi huerto encontraremos un lomo de merluza realmente delicioso.
Si os ha gustado esta Merluza con espinacas Chakall y os gustaría prepararla, basta con que sigáis estos pasos:
Para la salsa bechamel:
- Ponemos la mantequilla al fuego y cuando se haya fundido, ponemos la harina. Removemos vigilando que no se queme y la dejamos cocer 2 minutos. Añadimos la leche caliente y removemos bien para que no haya grumos. Ponemos un poco de nuez moscada, pimienta negra y sal, y la dejamos cocer unos minutos más.
Si os ha gustado esta Merluza con espinacas Chakall y os gustaría prepararla, basta con que sigáis estos pasos:
Para la salsa bechamel:
- Ponemos la mantequilla al fuego y cuando se haya fundido, ponemos la harina. Removemos vigilando que no se queme y la dejamos cocer 2 minutos. Añadimos la leche caliente y removemos bien para que no haya grumos. Ponemos un poco de nuez moscada, pimienta negra y sal, y la dejamos cocer unos minutos más.
Para las espinacas:
- Ponemos unas gotas de aceite en la sartén con el ajo laminado y, vigilando que no se queme, lo dejamos que se dore. Añadimos la cebolla cortada en brunoise, y la dejamos pochar. Añadimos las espinacas, subimos el fuego y les damos unas vueltas, mirando que no suelten agua y no pierdan su color verde. Condimentamos con sal.
Para el merluza:
- Calentamos la plancha, ponemos unas gotas de aceite y los lomos de merluza ligeramente salados. Los cocemos primero por el lado que no tiene piel, y luego por la otra. Deben quedar cocidos pero no secos.
Montaje del plato:
- Ponemos la merluza en el plato, encima las espinacas y cubrimos con una capa de salsa. Decoramos con unos brotes de col lombarda.
- Ponemos unas gotas de aceite en la sartén con el ajo laminado y, vigilando que no se queme, lo dejamos que se dore. Añadimos la cebolla cortada en brunoise, y la dejamos pochar. Añadimos las espinacas, subimos el fuego y les damos unas vueltas, mirando que no suelten agua y no pierdan su color verde. Condimentamos con sal.
Para el merluza:
- Calentamos la plancha, ponemos unas gotas de aceite y los lomos de merluza ligeramente salados. Los cocemos primero por el lado que no tiene piel, y luego por la otra. Deben quedar cocidos pero no secos.
Montaje del plato:
- Ponemos la merluza en el plato, encima las espinacas y cubrimos con una capa de salsa. Decoramos con unos brotes de col lombarda.
Ingredientes (para dos personas):
- 2 lomos de merluza fresca sin espinas de unos 200 g*
- 200 g espinacas tiernas*
- 1 cebolla tierna*
- 15 g mantequilla
- 15 g harina
- 200 ml leche
- 1 cucharadita aceite de oliva virgen extra
- pimienta negra recién molida*
- nuez moscadarecién molida
- sal marina*
- brotes de col lombarda
Pero me ha gustado. Es guapo, tiene unos ojos de un color azul impresionante y cocina de maravilla con cuatro ingredientes, sin complicarse mucho la vida. Si algo sorprende de él es que siempre cocina con un turbante en la cabeza.
El libro de Clara ha escondido durante todos estos años un secreto que ella quería silenciar. ¿Esconde alguna cosa el turbante del chef Chakall?
Para acompañar esta Merluza con espinacas Chakall os recominedo el libro de Agnès Rotger, El secreto de mi turbante. Editorial Planeta. Barcelona, 2010.
Una receta estupenda y bien saludable.Bssss y buenas tardes
ResponderEliminarMe parece una receta riquísima y sencilla, me encantan los sabores reconocibles, sobre todo cuando hablamos de pescado, que es tan delicado!
ResponderEliminarQue receta mas vistosa, te ha quedado sensacional y es la prueba de que no hay que buscar recetas complicadas para elaborar platos de categoría. Te felicito y me quedo con la idea. Besos
ResponderEliminarMuy bueno tiene que ser con los ingredientes sencillos. Enhorabuena por el reto :)
ResponderEliminarQue maravilla, mis dos pasiones juntas, los libros y la cocina.
ResponderEliminarUna receta muy apetitosa, enhorabuena.
Un bico.
Me encanta este post, una buena receta acompañada de un libro, mis dos pasiones juntas.
ResponderEliminarEl plato te ha quedado fantástico, felicidades.
Un bikiño.