Cuando Ulises y sus compañeros encontraron la cueva de Polifemo, poco se pensaban que el gigante celebraría su visita cogiendo a dos por los pies y tragándoselos enteros y en vivo, sin dejar ni una migaja.
Al día siguiente, después de zamparse dos más en el desayuno, Polifemo se fue a apacentar su rebaño, dejando a los héroes encerrados dentro de su cueva. El astuto Ulises, sin embargo, estuvo ideando la manera de regresar sanos y salvos a la nave.
A la hora d cenar el cíclope se comió dos hombres más, pero he aquí que el héroe se le acercó ofreciéndole un vaso lleno de vino tinto. Y poco después, cuando Polifemo cayó al suelo por los efectos de la bebida, Ulises y sus compañeros corrieron a quemar en al fuego la punta de una estaca y se la hundieron dentro del único ojo que tenía.
Polifemo, ciego, se sentó en el umbral de la cueva para evitar que sus rehenes escaparan, pero los aqueos se ataron bajo la barriga de los carneros, entre la lana espesa, y pudieron huir mientras Polifemo, palpando, creía que era su rebaño que salía.
Hay niños que tiemblan sólo de pensar en ogros y gigantes, pero hay algunos que les plantan cara y saben cómo burlarse de ellos, como Juan y sus habichuelas mágicas.
Las alubias que he utilizado para hacer este plato son típicas de la zona volcánica de La Garrotxa, y las plantas de donde provienen no nos servirán para llegar hasta el cielo, pero nos pueden trasladar hasta los campos de Perú, 7.000 años atrás.
La receta de hoy es sana, muy fácil de hacer e ideal para dietas vegetarianas. Las verduras que os propongo se pueden sustituir por otras que os gusten más. De hecho, a veces no pongo zanahoria porque hay una persona en la familia a quien no le gusta nada esta raíz.
Las alubias de Santa Pau las podemos cocer nosotros mismos o comprarlas ya cocidas en un lugar de confianza, opción por la cual cada vez me decanto más.
Lavamos las acelgas, separamos las hojas de los tallos, y las cortamos en juliana. Pelamos la zanahoria y la cortamos en dados pequeños. Picamos la cebolla bien pequeña. Cocemos todas las verduras al baño María con una pizca de sal entre 12 y 15 minutos, y las mezclamos con las alubias.
Pelamos las patatas, las cortamos en trozos pequeños y las cocemos también con un poco de sal al baño María durante 15 minutos. Cuando estén cocidas, las aplastamos bien con un tenedor.
Ponemos un aro de cocina en el plato y ponemos en la base la patata, la nivelamos con el anverso de una cuchara, y encima ponemos las alubias con las verduras.
Sacamos el aro y decoramos el timbal con unas flores, o bien con unos tomates cherry y unas hojas de albahaca.
Regamos el plato con una vinagreta hecha con vinagre de manzana, aceite y sal, que le dará el toque definitivo.
Ingredientes (para 4 personas):
1 / 2 kg alubias de Santa Pau
1 cebolla tierna
1 zanahoria
6 hojas de acelgas
sal
Para la base:
4 patatas
sal
Para la vinagreta:
30 ml vinagre de manzana
10 ml aceite
sal
Como complemento de este plato os propongo la lectura de La Fageda d'en Jordà, de Joan Maragall.
Fuente de la receta: Eroski Consumer.
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