¡Anda! ¡Ahí llega el presumido de Aristipo con sus mejores galas! Y por los andares que lleva parece que viene decidido a darte lecciones de prosperidad. ¡A ti, que huyes de las comodidades de la sociedad como de la peste!
¿Que no sabe, todavía, que te importan un bledo las convenciones sociales y que sólo buscas la felicidad, renunciando a todo lo que sea superfluo?
Menos mal que eres un desvergonzado, y ni sus ropas suntuosas ni su porte altivo han conseguido nunca doblegar tu talante. Así, lo dejas hablar mientras tú, impasible, vas apurando el plato que tienes en tus manos ...
Nada te pertenece, salvo aquella vieja barrica que alguien abandonó, y que ahora te hace de casa y por la que todo el mundo te conoce. Del Diógenes de Sínope ya nadie se acuerda porque ahora te llaman Diógenes, el de la barrica.
Nada material deseas, y ni vestidos ni zapatos cubren tu cuerpo, porque practicas la austeridad llevada al máximo. Pero, cuando el insolente de Aristipo te dice que si hubieras aprendido a ser sumiso con el rey, no tendrías que comer esa basura de lentejas para cenar, lejos de alterarte y mandarlo a hacer gárgaras, le respondes con voz modulada y rotunda:
-¡Si tú hubieras aprendido a comer lentejas, no tendrías que adular al rey!
Las lentejas han jugado desde la antigüedad un papel muy importante en la alimentación del hombre, pero nunca han hecho ostentación, al contrario, siempre se han mostrado muy humildes. Ahora, tras unos años en que su fama había perdido todo el prestigio, parece que vuelven con fuerza.
Hoy os traigo unas Lentejas con canónigos y langostinos que son una auténtica delicia. Y si las queréis hacer, sólo hace falta que sigáis leyendo.
Esta vez he comprado las lentejas cocidas en un puesto del mercado para ahorrarme trabajo, pero también las podemos cocer en casa. ¿Cómo? Pues primero las ponemos en remojo durante 1 hora y luego las aclaramos bien.
A continuación las ponemos en una olla con 1 cebolla, 1 ajo, 1 hoja de laurel y 1 ramita de tomillo. Las cubrimos con agua y las hacemos hervir unos 45 minutos, hasta que estén cocidas pero sin que lleguen a deshacerse. Las colamos y ya las tendremos listas para hacer la receta.
Empezamos lavando y secando los canónigos. Después preparamos la vinagreta, mezclando todos los ingredientes. Salteamos los langostinos en una sartén con unas gotas de aceite, y cortamos el huevo en rodajas.
Finalmente preparamos el plato poniendo las lentejas y los canónigos, los langostinos y el huevo. Acabamos rociando el conjunto con la vinagreta. Decoramos con una rodaja de limón y escamas de sal Maldon.
Ingredientes (para 2 personas):
250 g lentejas cocidas
6 langostinos
aceite de oliva virgen extra
sal Maldon
1 huevo duro
canónigos
Para la vinagreta:
2 cucharadas aceite de oliva virgen extra
1 cucharada de limón
ralladura de limón
1 cucharadita de café de mostaza de Dijon
Con estas Lentejas con canónigos y langostinos participo en la propuesta que fhacen Els fogons de la Bordeta y Xocolata desfeta para la Recepta del 15, y que este mes está dedicada a las lentejas.
Diógenes de Sínope era un filósofo que pertenecía a la escuela cínica. Este nombre tiene su origen en la palabra griega kyon (perro), ya que la forma de vida de sus seguidores se parecía a la de este animal. Por esta razón hoy os recomiendo el libro de Peter Mayle, La vida de un perro. Editorial Omega. Barcelona, 1995. ¡Su lectura os hará pasar un buen rato!
Fuente de la idea: Revista ¡HOLA!
Me ha parecido una combinación deliciosa. Ya había oido que combinan divinamente con marisco, tengo que probar!!!
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