Sabía que todos pensaban que era un ingenuo, pero aquello no era un sueño. Estaba realmente convencido de que, si conseguía traer las reliquias de san Valentín al monasterio de Sant Benet, acabaría con los siete años de sequía que azotaba el Pla de Bages.
Y así fue como su tozudez lo llevó hasta Tolosa. Lo que no había imaginado nunca era que, tras robar las reliquias, todas las campanas de la ciudad se pondrían a tocar solas, avisando a los tolosanos del hurto, que enseguida se pusieron a perseguirlo.
Él corría tanto como podía, aguijoneado por su fe. Y sus fuerzas no desfallecieron ni siquiera al tropezarse con el río Garona, que le cerraba el paso. Y entonces, repitiéndose el milagro del paso de Moisés y los israelitas por el Mar Rojo, las aguas del río se partieron en dos y el monje pudo pasar a pie seco por el cauce del río, mientras las aguas le hacían de muralla a la derecha y a la izquierda.
En vista de aquel prodigio, los tolosanos decidieron no seguirle más y regresar a sus casas, y él pudo llegar sano y salvo al monasterio, aclamado por la gente de la comarca que acudió en procesión a recibirlo tras oir que todas las campanas se pondían a tocar solas.
Estas delicias rellenas de crema y fresa quizás tengan forma de campana, pero no hace falta que repiquen para llamar la atención pues su apariencia y su sabor ya atraen todas las miradas. Si os animáis a hacerlas, aquí tenéis la receta:
En primer lugar haremos la crema pastelera, tal como explicamos aquí, y la tapamos con film transparente, de manera que toque toda la superficie de la crema. Conseguiremos que el azúcar tenga aroma de vainilla si lo tenemos cerrado durante un tiempo dentro de un tarro de cristal con una vaina ya usada de esta especie.
Encendemos el horno y lo ponemos a 200º y, mientras se calienta, preparamos la pasta choux para hacer las lionesas.
Ponemos en un cazo el agua fría, la mantequilla y una pizca de sal, y lo llevamos al fuego. Pasamos por el tamiz la harina. Cuando empiece a hervir el agua, echamos de golpe toda la harina y, con una cuchara de madera, vamos removiendo enérgicamente hasta que quede una pasta compacta que se despega del cazo.
Apartamos el cazo del fuego y añadimos dos huevos enteros, y agitamos hasta que la pasta vuelva a juntarse y a ser compacta. A continuación añadimos los otros dos huevos, y procedemos igual.
Ponemos esta pasta en una manga pastelera y vamos haciendo pequeñas bolitas sobre una bandeja, donde habremos puesto una hoja de papel de horno.
Si no tenéis manga pastelera o no queréis utilizarla, podéis hacer las bolitas con dos cucharas. Las horneamos durante 15 minutos. Entonces reducimos la temperatura del horno a 190º y las dejamos 10 minutos más. No abráis la puerta del horno por nada del mundo, aunque tengáis unas ganas irresistibles de ver cómo han aumentado de volumen, porque las bolas se deshincharán y ya no habrá nada que hacer.
Si estas explicaciones no son suficientes, podéis ver el paso a paso con imágenes que puse en la receta de los profiteroles.
Lavamos las fresas, las secamos suavemente con papel y las cortamos a trozos.
Cuando las pastas estén frías, lles cortamos la parte superior con un cuchillo afilado y las llenamos con la crema pastelera, que habremos puesto previamente dentro de una manga. Repartimos trocitos de fresa encima de la crema, y ponemos un poco más de crema. Acabamos poniendo el trozo que habíamos cortado, y que servirá de sombrero, y la espolvoreamos con azúcar glas.
Ingredientes (para 20 lionesas):
Para la crema pastelera:
3 yemas
75 g azúcar glas con aroma de vainilla
50 g Maizena
1/2 l de leche
Para la pasta choux:
250 ml de agua
125 g de harina
100 g de mantequilla
4 huevos pequeños
1 pizca de sal
Fresas
Azúcar glas con aroma de vainilla
Hoy os recomiendo la lectura de Ernest Hemingway, Por quién doblan las campanas. Editorial Planeta, 1980.
Con este postre participo en el HEMC de este mes, que tiene como anfitrión a Manu, del blog Cocinando con Manu Catman, que ha propuesto el tema de San Valentín.
Quizás también os gusten estas Canastillas de merengue , este Brazo de gitano de piña o esta Tarta de cumpleaños.