Crema de naranja




Hacía días que  el rey Pedro I, el Justiciero, andaba bastante preocupado. Tenía que ausentarse de Sevilla  y necesitaba elegir a alguien que juzgara en un litigio muy enrevesado durante su ausencia y él, tan feroz en otras ocasiones, ahora temía equivocarse en su decisión.

Cuentan que, mientras paseaba por los Jardines del Alcázar, se le ocurrió una idea. Cogió un puñado de naranjas de un naranjo y las lanzó al agua del estanque. Después hizo venir los tres candidatos y les pidió que le dijeran cuántas naranjas había en el estanque.

El primero se acercó al agua, extrañándose de que preguntara algo tan simple, y respondió:

- Seis, Señor.

El segundo, sin mover sus pies ni un palmo puesto que las veía perfectamente, respondió casi molesto por la pérdida de tiempo a que era sometido.

- ¡Seis, evidentemente!

El tercero, en cambio, no se precipitó a dar una respuesta. Pidió que le llevaran un palo y, estirando el brazo, logró voltear todas las naranjas.

- Hay seis naranjas enteras, Señor.

Y, habiéndole preguntado el Rey la razón de aquella respuesta, le dijo:

- No podía responder antes de confirmar que realmente estaban enteras. ¡Mirad! -y cogiendo una naranja, la partió en dos mitades y  lanzó una al agua. ¡Parecía que estaba entera! Y el rey, admirado, exclamó:

- ¡Tú sabrás hacer justicia! Porque nos has demostrado que, antes de juzgar, debemos comprobar todos los hechos ¡porque no siempre lo que vemos es lo que parece!




Más de uno habrá pensado que hoy no he sudado mucho poniendo una naranja entera como receta. Pero me gustaría que os acercárais un poco más a la pantalla porque así podríais ver que esta naranja no es realmente lo que parece.

Hoy os traigo una Crema de naranja servida dentro de la misma naranja. Y es que, aprovechando que tenía estas naranjas tan lozanas, no he podido resistir la tentación de presentarlas así.

Hoy es la festividad de san José y toca Crema. Pero para variar un poco, hoy la haremos de naranja. El procedimiento es el mismo, pero en lugar de hacerla sólo con leche pondremos mitad de leche, mitad de zumo.




Calentamos la leche con la canela hasta que hierva. Apagamos el fuego y la dejamos en infusión unos minutos. Exprimimos el zumo de las naranjas y lo colamos, y diluímos el almidón con un poco de zumo.

En un cazo batimos las yemas con el azúcar hasta que blanqueen. Entonces añadimos la leche caliente y colada, lo batimos y a continuación añadimos el zumo. Mezclamos bien todos los ingredientes y añadimos el almidón.

Ponemos el cazo a fuego muy suave, y vamos removiendo hasta que la crema hierva. Veremos que ha llegado el momento cuando se forman unas burbujas que, al estallar, hacen puff. Lo apartamos rápidamente del fuego, y continuamos batiendo la crema durante unos segundos más. Ahora ya podemos verterla en una fuente o en cazuelitas individuales, o bien rellenar las cáscaras de naranja que previamente habremos vaciado.

La dejamos enfriar a temperatura ambiente antes de ponerla en la nevera. En el momento de servir, podéis espolvorear un poco de azúcar encima de la crema y quemarlo con una pala de hierro o con un soplete de gas. Pero a mí me gusta más adornarla con un puñado de frutos del bosque.


Ingredientes (para 4 personas):

- 4 yemas
- 125 g de azúcar
- 250 ml zumo de naranja
- 250 ml leche
- 30 g almidón
- 1  canela en rama
- frutas del bosque para decorar






Después de comeros esta Crema de naranja, podéis dedicar un rato a la lectura. Hoy os recomiendo el libro de Jostein Gaarder, La joven de las naranjas. Ediciones Siruela. Madrid, 2003.



1 comentario:

  1. Margarida me parece delicadisima la crema de naranja, creo que esta la hare antes que la Mona del nido....je je je, es una debilidad que tengo por las naranjas.
    bsss desde Almeria.

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