- ¡Eureka! ¡Eureka! -gritaba como loco el célebre Arquímedes por las calles de Siracusa, sin darse cuenta de su desnudez, mientras iba corriendo hacia su casa para corroborar el descubrimiento que acababa de hacer.
Dicen que, habiendo dado el rey Hierón II de Siracusa a un orfebre una cantidad de oro para que le hiciera una majestuosa corona laurea, aún pareciédole maravillosa cuando la tuvo en sus manos, le asaltó una duda razonable. ¿Y si el artista había sustituido parte del oro por otros metales menos valiosos para beneficio propio?
Hizo llamar entonces al sabio matemático y le pidió que, sin dañar la corona, calculara si era de oro macizo. ¡Y ya os podéis imaginar la reacción de Arquímedes ante un reto tan grande! ¿Cómo podría calcularlo sin fundirla?
Hacía días que su cabeza no paraba de darle vueltas al problema sin encontrar ninguna solución. Y quizá fueron los dioses, quizá la casualidad, pero cuando estaba dispuesto a tomar un baño para relajarse de sus preocupaciones, tuvo una iluminación, y como un rayo salió corriendo hacia su casa.
Tras comprobar en un barreño lleno de agua que realmente el oro de la corona había sido mezclado con un metal más ligero, tuvo que comunicarlo al rey y éste hizo cortar, sin pensárselo dos veces, la cabeza del pobre orfebre.
El pequeño de casa ha cumplido estos días 18 años y no he encontrado una manera mejor de celebrarlo que preparándole esta Tarta corona de chocolate, ¡digna del más apuesto de todos los reyes que ha habido nunca sobre la faz de la tierra!
No hace falta que os diga que su apariencia sencilla esconde un gusto exquisito. Y, si os animáis a hacerla, sólo hace falta que sigáis mis indicaciones.
Empezamos preparando el relleno tal como os conté cuando hice la Tarta cremosa de chocolate: ponemos la nata al fuego y, mientras esperamos que empiece a hervir, batimos las yemas con el azúcar. Vertemos la nata y ponemos de nuevo el cazo al fuego, removiendo constantemente durante 6-7 minutos y vigilando que la temperatura no llegue a los 80º.
Retiramos el cazo del fuego y añadimos el chocolate troceado. Removemos hasta tener una crema homogénea. Entonces la dejamos templar, la cubrimos con film transparente y la dejamos en la nevera durante 4 horas, o toda la noche.
Para hacer el bizcocho, encendemos el horno y lo ponemos a 180º. Forramos la base de un molde de 26 cm con papel de horno, y untamos con mantequilla los lados. Después los espolvoreamos con un poco de harina.
Montamos las claras con una pizca de sal hasta tenerlas a punto de nieve. En otro bol batimos las yemas con el azúcar hasta que blanqueen. Mezclamos la harina con la levadura y el cacao. Los pasamos por un cedazo y los vamos incorporando a las yemas poco a poco. Si queda demasiado seco y cuesta de trabajar, añadimos un par de cucharadas de clara.
Acabamos incorporando con suavidad, con una espátula, el resto de las claras. Vertemos la pasta dentro del molde y la horneamos durante 30 minutos.
Sacamos el bizcocho del horno y lo dejamos enfriar antes de desmoldarlo.
Para hacer esta tarta, tenemos que vaciar el centro del bizcocho para rellenarlo después, dejando un canto de 2cm y una base de 1'5 cm (2 cm máximo). Una manera fácil de hacerlo es espolvorear con harina los bordes de un plato de 22 cm de diámetro y poniéndolo boca abajo encima del bizcocho. Quedará dibujado un círculo que nos servirá de guía. Luego con un cuchillo, y con mucho cuidado, lo vamos vaciando.
Ahora preparamos la galleta de chocolate: fundimos el chocolate blanco al baño María y, ya fuera del fuego, y un poco templado, lo mezclamos con los cereales y las almendras. Esparcimos la mezcla sobre un trozo de papel de horno y la ponemos en la nevera durante 1/2 hora.
Una vez la galleta se haya endurecido, la desmenuzamos con un cuchillo hasta tener trozos pequeños. Mezclamos la galleta desmenuzada con el chocolate cremoso que tenemos en la nevera y rellenamos el hueco que habíamos hecho en el bizcocho. Alisamos la superficie y ponemos la tarta en la nevera.
Fundimos el chocolate blanco y hacemos los conos utilizando unos moldes de Silikomart. Los ponemos en la nevera y los desmoldamos al cabo de una hora. Con un poco de chocolate fundido, pegamos las perlas de azúcar en el extremo puntiagudo.
Espolvoreamos toda la superficie de la tarta con cacao en polvo y decoramos con los 18 conos dibujando una corona. ¡La corona de mi príncipe!
Ingredientes:
Para el bizcocho (para un molde de 26 cm):
5 claras1 pizca de sal
5 yemas
150 g azúcar
130 g harina
20 g cacao en polvo
7 g levadura Royal
Para el relleno cremoso:
400 ml nata 35% m.g.
3 yemas
45 g azúcar
300 g chocolate Nestlé Postres
Para la galleta de chocolate:
110 g chocolate blanco
20 g almendras tostadas y peladas
20 g cereales Special K de Kellogg 's
Para la decoración:
115 g chocolate blanco
18 perlas azucaradas
cacao en polvo
No os engaño cuando os digo que esta Tarta corona de chocolate es deliciosa. ¡Así que no es necesario que esperéis a celebrar vuestro cumpleaños para animaros a hacerla! Y, para acompañar una buena tarta, ¿qué mejor que un buen libro? Hoy, William Shakespeare, Hamlet, Príncipe de Dinamarca. Alianza Editorial. Madrid, 2011.
NO hace falta que jures que esta tarta tiene que estar deliciosa, no hay más que verla..me encantó la receta, que ha´re, y el blog.
ResponderEliminarMe quedo de seguidora por tus preciosos fogones.
Muaks
Carmen
www.dietamediterraneasana.blogspot.com
Quería mandarte un beso que no siempre me da tiempo a venir a venir tu blog tan primoroso. Muac
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