Después de lo que le habían dicho, Antonio no encontraba fuerzas para ir
al aparcamiento a buscar el coche. Se sentó en el primer asiento vacío que
encontró y repasó mil veces las hojas que llevaba en la mano. Las leía
nervioso, y le costaba aceptar que aquellos fueran los resultados de sus
pruebas, pero ya le habían explicado que no había ningún margen de
error.
Cuando fue consciente de que su vida había quedado reducida a una sola palabra, una palabra fatídica, se apoderó de él un sentimiento de culpa, angustia e impotencia.
¿Por qué? ¿Por qué él, que siempre había tratado de llevar una vida sana? ¿Por qué no había escuchado más su cuerpo para detectar el menor indicio? ¿Por qué había pensado que siempre se encontraría bien y había buscado excusas para no hacerse revisiones preventivas? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué él?
Rabia y miedo. Y un abismo oscuro delante suyo. Todo su cuerpo empezó a temblar y no se atrevía a conducir. Se arrepentía de no haber dicho nada a su mujer y de haber ido solo a la consulta. No sabía cuándo tendría fuerzas suficientes para levantarse y volver a casa, y abrazar la familia, y decirles que sentía mucho hacerles aquella mala jugada ... Que no sufrieran, que seguro que pronto estaría bien y todo volvería a ser como antes ...
Pero, como si no creyeran que aquello fuera posible, sus ojos comenzaron a derramar lágrimas y un llanto inesperado irrumpió en la sala de espera. El llanto de un hombre abatido que no entendía lo que le pasaba.
Cuando fue consciente de que su vida había quedado reducida a una sola palabra, una palabra fatídica, se apoderó de él un sentimiento de culpa, angustia e impotencia.
¿Por qué? ¿Por qué él, que siempre había tratado de llevar una vida sana? ¿Por qué no había escuchado más su cuerpo para detectar el menor indicio? ¿Por qué había pensado que siempre se encontraría bien y había buscado excusas para no hacerse revisiones preventivas? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué él?
Rabia y miedo. Y un abismo oscuro delante suyo. Todo su cuerpo empezó a temblar y no se atrevía a conducir. Se arrepentía de no haber dicho nada a su mujer y de haber ido solo a la consulta. No sabía cuándo tendría fuerzas suficientes para levantarse y volver a casa, y abrazar la familia, y decirles que sentía mucho hacerles aquella mala jugada ... Que no sufrieran, que seguro que pronto estaría bien y todo volvería a ser como antes ...
Pero, como si no creyeran que aquello fuera posible, sus ojos comenzaron a derramar lágrimas y un llanto inesperado irrumpió en la sala de espera. El llanto de un hombre abatido que no entendía lo que le pasaba.
Como ya sabéis, este domingo tiene lugar La Marató de TV3,
que este año está dedicada al cáncer. Para llevar una vida sana y evitar esta enfermedad, yo os propongo una receta
saludable, Merluza con manto de verduras, que nos cargará de minerales,
vitaminas y antioxidantes.
Para hacer este plato, necesitaremos verduras frescas y, si es posible,
ecológicas. Y una merluza de la costa, que el pescadero nos habrá escamado
y desespinado, dejando dos filetes completamente limpios.
Encendemos el horno y lo ponemos a 180º. Cuando esté caliente, lavamos
los dos filetes, los cortamos por la mitad, los salamos y los ponemos en
una fuente. Los condimentamos con unas hojas de tomillo, unas gotas de
aceite y un chorrito de vino blanco, y los horneamos durante 15 minutos, o
hasta que veamos que ya están cocidos.
Mientras el pescado está en el horno, cortamos el calabacín en bastoncitos, con
piel y todo. Después partimos los espárragos por la mitad, guardando las
partes más duras en la nevera para utilizarlas cuando hagamos un caldo. Y
pelamos el boniato, y lo cortamos también en bastoncitos.
Cocemos las verduras al vapor durante 5 minutos, y luego las salteamos 1
minuto en la sartén con unas gotas de aceite a fuego fuerte. Deben
quedar al dente. Las condimentamos con sal y unas hojas de tomillo.
Ponemos la merluza en el plato y la cubrimos con el manto de verduras. Reducimos, si es necesario, el liquido que ha quedado en la fuente de la merluza y lo vertemos encima de las verduras.
Ingredientes (para 4 personas):
1 merluza
50 ml vino blanco de buena calidad
1 calabacín
1 manojo de espárragos verdes
1 boniato
sal marina
tomillo
aceite de oliva virgen extra
Ponemos la merluza en el plato y la cubrimos con el manto de verduras. Reducimos, si es necesario, el liquido que ha quedado en la fuente de la merluza y lo vertemos encima de las verduras.
Ingredientes (para 4 personas):
1 merluza
50 ml vino blanco de buena calidad
1 calabacín
1 manojo de espárragos verdes
1 boniato
sal marina
tomillo
aceite de oliva virgen extra
Con esta Merluza con manto de verduras participo en la iniciativa Caldes bull amb La Marató, cuya finalidad es divulgar la alimentación
saludable unida a una buena causa. Si deseáis colaborar con una receta,
encontraréis las bases aquí.
Cualquiera se resiste a esta delicia de plato.
ResponderEliminarIdeal para una cena.
Besos.
Tiene muy buena pinta y bien completo este plato, ideal para una comida sana y sabrosa!!!
ResponderEliminar¡Por Dios, qué plato más sano y apetecible! ¡Me encanta!
ResponderEliminarAprovecho para desearte, a ti y los tuyos, todo lo mejor en este año que está a punto de llegar.
Besos y felices fiestas.
Pesacado y verduras! esta receta es un lujo. Me la llevo a mi cocina
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