Tarta Dickens




Si alguna vez habéis visto una descarada tetera zumbando sin parar y un grillo repicando con su ric-ric, podéis estar seguros que os encontráis en la cocina de la pequeña Dot. No es ninguna casa embrujada, sino el dulce hogar de una pareja que es feliz a pesar de los veinte años de diferencia.

Pero de repente aparece un desconocido con una larga peluca y todo lo trastorna. Aquí un susto y una desesperación, allí una sospecha y una separación. Y en un abrir y cerrar de ojos se desmorona la felicidad de la alegre Dot y del bonachón de su marido.

Y da también un vuelco la vida de la desventurada Berta, la chica ciega a quien su padre ha ocultado siempre la verdad para endulzar su existencia, y se tambalea el enlace de la jovencita May con el viejo Tackleton, pese a los esfuerzos de la madre de ella, que está tan deslumbrada por la fortuna del futuro yerno que no ve el viejo egoísta, avaro y déspota que es.

Y tenemos también el recuerdo de un hijo perdido, y el de un amor no olvidado ... Pero el grillo del hogar pondrá todas las cosas en su lugar y tendremos boda al final. ¿Qué otra salida puede haber cuando un caballo adornado con flores y tafetanes se parece más un novio que un viejo vestido de novio el día de su boda?

Y mientras todos bailan, el ric-ric del grillo y el zum, zum de la tetera acompañan la música, ¡como no podía ser de otra manera!




La boda de la joven May me ha inspirado esta Tarta Dickens. Quizás os parecerá difícil, pero os aseguro que su elaboración no es nada complicada y que está al alcance de todos. Como ya habéis visto, es muy elegante y estoy segura de que la suavidad de su sabor complacería a todos los invitados.

Si os decidís a hacerla, podemos empezar preparando los Bombones de chocolate y guardarlos hasta el momento de la decoración. Después, hacemos el bizcocho como ya hemos hecho otras veces y que podéis seguir en la receta de la Tarta de primavera.

Encendemos el horno y lo ponemos a 180º. Cuando esté caliente, untamos con mantequilla un molde de 26 cm, lo enharinamos ligeramente y vertemos la masa en él. Lo horneamos durante 25 minutos o hasta que esté dorado y los lados se despeguen del molde. Entonces lo sacamos del horno y no lo desmoldamos hasta que se haya enfriado del todo.

Mientras está en el horno, podemos ir preparando la crema pastelera, como ya hemos hecho otras veces. Pero, si nos queremos ahorrar trabajo, podemos hacer la crema el día anterior y mantenerla guardada en la nevera, tapada con film transparente.




Cuando el bizcocho esté frío, lo cortamos por la mitad horizontalmente. Extendemos la crema pastelera encima de uno de los trozos y la cubrimos con el otro.

Montamos la nata en un bol, y en otro batimos el queso mascarpone y el azúcar. A continuación incorporamos la nata al queso removiendo muy suavemente con una espátula.

Cubrimos los lados y la parte de arriba de la tarta con esta crema de nata.




Ponemos dentro de una manga pastelera la crema que nos ha sobrado y hacemos un borde de rosetas pequeñas alrededor de la tarta. Las coronamos con una perla plateada de azúcar. Después, hacemos una corona de 10 rosetas grandes paralelas al borde, y ponemos encima una frambuesa.

Intercalamos los bombones de chocolate blanco entre las rosetas y espolvoreamos las fresas liofilizadas por el espacio libre que queda.




Ingredientes (para un molde de 26 cm):

Para el bizcocho:
4 yemas de huevo de agricultura ecológica
120 g azúcar
90 g harina de repostería
20 g harina de maíz Maizena
1 cucharadita de levadura
4 claras de huevo de agricultura ecológica
1 pizca de sal

Para la crema pastelera:
4 yemas de huevo de agricultura ecológica
125 g azúcar
45 g harina de maíz Maizena
1/2 l leche
la piel de un limón

Para la crema de nata:
250 ml nata 35% m.g.
125 g queso mascarpone
25 g azúcar molido con aroma de vainilla

Para la decoración:
150 g chocolate blanco (para los bombones)
10 frambuesas
1 cucharada de perlas plateadas de azúcar
1 cucharada de fresas liofilizadas




Con esta Tarta Dickens participo en la propuesta de Assumpta de hacer un homenaje online al segundo centenario del nacimiento de Charles Dickens. Por eso hoy os recomiendo la lectura de El grillo del hogar. Acento Editorial. Madrid, 1998.

2 comentarios:

  1. Margarida te quedó preciosa, vaya calidad de decoración, me dejas asombrada!!!

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  2. ¡Margarida, qué espectáculo de sabores debe producir un bocado de esta tarta! ¡Me lo imagino y se me hace la boca agua! ¡Una imagen preciosa y un corte fantástico!Me encuentro de celebración, un año con el blog, y para la ocasión he organizado un concurso. No hay que cocinar nada. Si te apetece darte un salto y participar, será fantástico contar contigo. Si ya lo has hecho, ¡gracias de corazón! Besos y feliz semana.

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